San Pedro de La Laguna es un paraje natural de Guatemala, perfecto para la reconexión del cuerpo, alma, y espíritu. Su nombre se lo debe al apóstol, San Pedro, mientras que su población se beneficia de la excelente ubicación geográfica, otorgada con un cuerpo acuífero de gran importancia para el municipio sur-occidental del departamento de Sololá.
Inicio desconocido. San Pedro de La Laguna es uno de los asentamientos más antiguos de toda Guatemala. De hecho, hasta el día de hoy, se desconoce la fecha exacta de su fundación. La tradición popular reseña que en un inicio, San Pedro de La Laguna era territorio del pueblo, Tzutujil, variación de los mayas que habitan todavía las zonas altas del Sololá y del departamento de Suchitepequéz.
Con la llegada de la Conquista europea, la mano del fray franciscano, Pedro de Betanzos daría honor al apóstol, San Pedro, al nombrar este majestuoso rincón guatemalteco. Más adelante, a partir del año 1643, el agregado de La Laguna fue aplicado al sector montañoso, de igual manera, que lo hicieron con otros municipios.
Baluarte para Guatemala. San Pedro de La Laguna tiene por extensión unos 24 kilómetros cuadrados, albergando en su demografía, las poblaciones étnicas Landina y Tzutujil. Estas poblaciones conviven en armonía con la maravilla acuífera que representa su Laguna y la cercanía con el lago Atitlán. Además, San Pedro de La Laguna está muy próximo a otras poblaciones de enriquecedora cultura y tradición, lo que le hacen merecedor de ser baluarte para Guatemala.
Si los complementos tradicionales son de su gusto, San Pedro de La Laguna le ofrece un mercado inigualable de artesanías y recuerdos autóctonos. Máscaras, velas, tejidos, e incluso, instrumentos musicales propios de Guatemala, son algunas de las reliquias que podrá elegir al pasear el Mercado de Artes y Artesanía de San Pedro de La Laguna.
Imprescindible la ruta a seguir. Una vez en el departamento de Sololá, para llegar a San Pedro de la Laguna deberá recorrer la carretera interamericana, para luego cruzar hacia la carretera principal que le destinará hacia Santa Clara La Laguna. Siguiendo los reconocidos ‘Ganchos del Diablo’, podrá continuar el descenso, con el que transitará el sendero del Cristalino, también llamado, Cara de Maya. El final lo dejará en este acogedor poblado, majestuosamente enfrentado por un espejo natural, que lo hace el lugar ideal para los amantes del yoga.
Otra opción es que desde Panajachel parten lanchas que desembarcan en San Pedro de la Laguna. Tomando como primer plano, a su llegada, podrá encontrar una gama variada de restaurantes, cafeterías, y bares, donde degustará la gastronomía excepcional que ofrece Guatemala para sus visitantes.
Tradicional ‘pastisseria’ artesanal que demuestra el legado de la mezcla europea y centroamericana, contrastan, con las opciones variadas de degustación vegetariana que fueron heredadas por cada generación étnica guatemalteca. Cada rincón de degustación se ve caracterizado por ser un oasis pintoresco, que invita a dejarse llevar por el halo mágico – ancestral de San Pedro de La Laguna.
ALFA