Limpia, cocina, se arregla diariamente y es muy ordenado con sus cosas. Jura que su pareja simplemente es perfecta, pero después al mudarse juntos se da cuenta que la convivencia va más allá de despertar cerca y leer mientras escuchan música. Pocas parejas defienden que les fue de maravilla desde el primer día que decidieron compartir espacio; por eso se deben aclarar tantos los gustos, como la manera de vivir y el rol que cumplirá cada uno antes de dar ese gran paso. Antes de mudarse se recomienda conversar en torno a varios temas que suelen ser incómodos y se dejan “para después”, conózcalos a continuación:

Cuentas claras. Los expertos sugieren que es necesario que ambas parte discutan cómo gastarán su dinero. Los ingresos y gastos ahora serán compartidos por lo que se aconseja que realicen un presupuesto común. Por ejemplo, algunas parejas resuelven que uno de los dos se hará cargo de los servicios básicos, mientras que la otra persona pagará el mercado. Asimismo, es bueno que antes de mudarse conversen en sus expectativas cuando tengan hijos y cómo se dividirán los gastos del pequeño de la casa. Ahora, serán socios.

Dividirse las tareas. Un reciente estudio concluyó que en la actualidad el 90% de las parejas comparte labores de la casa. Estas responsabilidades deberán tocarse antes de vivir juntos y pueden responder a los gustos y habilidades de cada quien. El punto a favor de las nuevas generaciones, es que cada vez existe menos la costumbre machista de dejar los quehaceres solo a la mujer, y la casa ahora es tarea de los dos.

Gustos compartidos. Para escaparse de posibles conflictos con la pareja, es bueno que cada uno disponga en la vivienda de un espacio propio donde retirarse.

Hábitos dañinos. Muchas relaciones cuando comienzan a vivir juntos se dan cuenta de hábitos que desconocían de su pareja, como por ejemplo, ver televisión hasta tarde o dejar la crema de dientes destapada. Son costumbres que podrían o no afectar la relación. Lo recomendado es que se discuta sobre el tema que incomoda y se tomen decisiones urgentes.

Límites a la familia. Tal vez los suegros fueron geniales al principio, pero una vez que viven juntos, pueden comenzar a entrometerse en su relación. Fijar los límites con su pareja sobre cómo tratarán a la familia es esencial, esto incluye trato, horario e información que compartirán. A muchos hombres le molesta la cercanía que mantienen las novias con su mamá y por su parte, muchas mujeres se sienten invadidas por el comportamiento de sus suegras.

Después que el amor romántico se esfuma, las relaciones tienden a pasar por crisis. Solo aquellas parejas que se dedican tiempo, entusiasmo, aprenden de sus errores y aprecian al ser humano sin idealizarlo, pasarán a la siguiente etapa. Las relaciones se tejen día a día y se alimentan de pequeñas sorpresas como ir al cine, tomar algo en la calle o simplemente estar juntos solos en la casa. ¡Mantener la llama encendida!

ALFA