El miedo es una emoción inherente a los seres humanos que siempre estará en nosotros, debemos aprender a convivir con él, no desaparecerá por arte de magia, algunos viven temerosos toda su vida, pero vencer el miedo, ¡sí se puede!, hay que enfrentarlo aunque no haya una fórmula definitiva para hacerlo y todos tenemos el poder interior suficiente para lograrlo.
La amígdala es el centro del sistema del cerebro, recibe la información de los cinco sentidos del cuerpo humano, la manifestación fisiológica cuando sentimos miedo se traduce en que, el estómago se contrae, las palmas se ponen sudorosas, el corazón acelera sus latidos, puede ocasionar trastorno temporal en los riñones lo que puede ocasionar que la persona se orine involuntariamente, se presenta una tensión muscular general, los flujos hormonales se exacerban y se dilatan las pupilas para facilitar la entrada de luz, entre otras.
Alrededor del 50% de los problemas mentales que se registran en Estados Unidos, según el Servicio de Salud Pública, se asocia a padecimientos de ansiedad, ataques de pánico, fobias y estrés postraumático, cuando el miedo es patológico necesariamente hay que acudir a un profesional de la salud.
Día a día todos los seres humanos sentimos miedo, entre los tipos de miedos que padecemos están: miedo a lo desconocido, que puede incluir la muerte, perder a la persona amada o algún familiar; miedo al cambio, por un nuevo trabajo, mudanzas, estudios; miedo a la soledad, hay personas que no soportan estar solos y no les importa adentrarse en relaciones superficiales; miedo a las demás personas porque se puede recibir de ellas sentimientos negativos como la ira, el rechazo, la venganza y la violencia; miedo a la enfermedad, porque no sabemos que si afrontaremos la experiencia de padecer alguna enfermedad terrible.
Los expertos manifiestan que las razones por la que sentimos miedo son la duda, la falta de seguridad en nosotros mismos, la falta de fe en los demás, el mal hábito de ver siempre el lado negativo de las cosas, la necesidad de que nuestras acciones sean aprobadas o de que seamos aceptados en nuestro entorno.
Para lograr superar el miedo primero hay que aceptarlo, después relajarse y mantener la calma, porque los peligros siempre estarán allí, acechando, pero debemos enfrentarlos; una forma es con confianza, aprender a confiar en uno mismo le brindará seguridad y firmeza en sus pasos, la premisa del que no arriesga no gana lo ayudará a sobrellevar sus miedos; la fe nos abre todas la puertas, nos brinda certeza y convicción ante las adversidades.
La aceptación es una forma de vencer el miedo, crecer es también reconocer los errores y aceptar los fracasos, al igual que las decepciones que son experiencias de las que no podremos escapar.
Hay que alejarse de las presiones de la cotidianidad de la vida, entender que los malos momentos también forman parte de ella, romper las cadenas del miedo nos elevará a otro nivel para poder progresar.
ALFA