Si hay una palabra que los expertos utilizan para definir el granate tsavorita esa es rareza. Los estudios realizados acerca de esta piedra demuestran que posee un brillo potente, color atractivo y doble refracción, pero a pesar de ello, casi ninguna de estas gemas alcanza los dos quilates, un factor determinante en su precio final.
Tsavorita es el nombre con el que conocemos esta piedra en la actualidad y se debe al Parque Tsavo en Kenia donde fue descubierta en la década de los setenta, por el geólogo escocés Campbell R. Bridges. Además de Kenia, la piedra también se puede encontrar en Tanzania, India, Brasil, Canadá, Italia y Madagascar. A simple vista se trata de un mineral parecido a la esmeralda, ya que ambos poseen vanadio y el cromo, los agentes que aportan su color verde.
A pesar de que su explotación comercial inició en el siglo XX, los usos y propiedades que se asocian a este mineral cuentan en registros bíblicos, cuando se le llamaba granate. En la antigüedad, la tsavorita era considerada un símbolo de virtudes, más que una piedra preciosa. Se considera la piedra de la fe, la constancia y la verdad y era preciada entre los viajeros como amuleto protector.
La presentación de la tsavorita en el mercado comercial se realizó en 1976, nada más y nada menos que por la afama casa de joyas Tifanny de Nueva York. No obstante a que comercialmente este nombre fue bien recibido por su asociación a uno de los parques de vida silvestre más famosos del mundo, hasta la fecha no ha sido aceptado por la Asociación Mineralógica Internacional, organización en la que se refieren a ella como granate grosularia verde.
La tsavorita es un mineral delicado y muy codiciado en el mercado. Quienes trabajan con las selectas piedras saben que no admiten tratamientos de limpieza de vapor, con ultrasonidos, ni ningún tratamiento de mejora de sintéticos, lo que hace que la tsavorita sea considerada una auténtica piedra salvaje.
En el mundo de la joyería, este granate verde se considera un mineral generoso para el trabajo de moldeado y montaje, ya que por tratarse de una piedra con refracción única no existe limitante por el pleocroísmo al orientarla de diferentes formas frente a la luz, con lo cual el tallador consigue mejores resultados a la hora de trabajarla.
En el ámbito comercial, las propiedades refractarias que le conceden ese brillo especial a la tsavorita son las más explotadas para promocionar su belleza y justificar su valor.
Las condiciones únicas de la tsavorita también la han vuelto un objeto de deseo entre los coleccionistas que buscan tener entre sus piezas una de rareza extrema y que además se considera escaza, gracias a lo difícil que es hallar una que cumpla con los estándares de pesos deseados en el mercado. Con esos antecedentes, todo indica que cuando se trata de una piedra hermosa y única, pocas pueden competir esta.
ALFA