Los transgénicos son alimentos cuyo ADN es modificado a través de la aplicación de características específicas que potencian su desarrollo, evitando los problemas causados por los efectos del cambio climático o los daños por plagas. Tanto las frutas, vegetales, cereales y animales puede ser tratados con esta técnica.
Los primeros transgénicos se produjeron en las postrimerías de los años noventa. El tomate y la soja fueron los principales ejemplos de alimentos tratados a través de la biotecnología. Los beneficios de estos alimentos se reflejan en la reducción de los lapsos para su desarrollo, en la facilidad para modificar su apariencia y su efecto para retardar la maduración.
La acción de la ciencia sobre los alimentos genéticamente modificados, es un tema polémico que cuenta con aliados y detractores. Hay quienes los consideran una solución para los problemas de hambruna en aquellas zonas desfavorecidas por la naturaleza y con suelos menos fértiles. Otros análisis concluyen que la creación de los transgénicos obedece a beneficios meramente económicos para las empresas productoras de alimentos, que pueden obtener en menor tiempo las ganancias de sus inversiones.
Desde su aparición, la comunidad científica ha estado al pendiente de la composición de los transgénicos. En el caso de las frutas, se supone que tras ser alteradas para que crezcan fuertes y resistentes al ataque de las plagas, son tratadas con genes de algún fruto seco, lo que generaría tóxicos y alérgenos que ponen en riesgo la salud de los consumidores. Para contrarrestar este riesgo, se exige que todos los alimentos indiquen en las etiquetas el contenido de alérgenos y así concienciar a los individuos sobre lo que están consumiendo.
Para la Organización Mundial de la Salud (OMS), este tipo de alimentos son procesados bajo medidas de seguridad que garanticen un impacto positivo en la salud y en el medio ambiente. En su página oficial, la OMS explica: “los alimentos modificados genéticamente actualmente disponibles en el mercado internacional han pasado las evaluaciones de seguridad y es improbable que presenten riesgos para la salud. No existen efectos demostrados en la salud humana como resultado del consumo de dichos alimentos”. El organismo señala que estos alimentos cuentan con garantías, en pro de conservar la salud de los consumidores finales.
El cultivo de transgénicos no representa un caso aislado de corporaciones privadas, hoy en día gobiernos de todo el mundo apoyan su utilización. En Bolivia, los productores han registrado pérdidas de 500 millones de dólares durante 2016, debido a la sequía ocasionada por los efectos del cambio climático. Para hacer frente al problema y evitar una caída en la producción y escases de alimentos, las autoridades del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE) advirtieron la necesidad de recurrir a semillas transgénicas.
Los transgénicos ofrecen características que ninguna otra tecnología ha podido equiparar y a pesar de todas las precauciones, no se conocen casos concretos de sus efectos adversos sobre la salud, mientras que si las hay sobre sus beneficios, incluso, capaces de impactar en la salud y actividad económica de un país.
Yo siempre voy a preferir los alimentos completamente naturales, pero es muy útil conocer todas las opciones que existen en cuanto a los alimentos y cómo funcionan en nuestro organismo.
Gracias por la información, yo tampoco sabía de los transgénicos, muy fácil de comprender qué son y si son buenos o malos.
Qué interesante artículo, no sabía mucho los transgénicos, por lo que me encantó, aprendí un poco más, gracias.