El topacio forma parte de la lista de piedras preciosas más asombrosas del mundo. Aunque no se sabe con certeza la procedencia de su nombre, se cree que proviene de un islote situado en el Mar Rojo anteriormente conocido como “Topazos”, pero que hoy se muestra como Zabargad. Tanto los colores como los lugares en donde se encuentran estas rocas son muy diversos, destacando que el tamaño y el peso cuando se extraen alcanzan medidas extraordinarias, prueba de ello se puede apreciar en el Museo Smithsonian.

Los colores del Topacio que se observan son: marrón, amarillo, naranja, rojo, rosado, dorado y azul. A pesar que este último se encuentra de manera natural, su extracción es reducida; razón por la cual los comerciantes le aplican irradiaciones que alteran los matices hasta llegar a ese tono. Los territorios en los cuales es posible admirar un Topacio azul original son en Inglaterra, Irlanda del Norte y Escocia.

El Topacio marrón también es denominado como champagne. Esta clasificación envuelve las diversas degradaciones de este color; desde la más clara hasta la de mayor intensidad. Su ubicación principal está en la zona mexicana. Uno de los más atractivos matices de esta piedra es el dorado, popularmente llamado como imperial. La perfección en estos Topacios es tan exclusiva que no es necesario aplicarles químicos o tratamientos que modifiquen su apariencia. Las tierras de Brasil son las que gozan de este agradable gesto de la naturaleza.

Los tonos rosados son también raros en ser vistos; al igual que el color azul, en muchas ocasiones su derivado es de procedencia artificial. Localizar tan extraña pieza solo es factible en suelo ruso o Pakistán. Los colores naranja, rojo y amarillo son degradaciones de los ya mencionados, por lo que se encuentran en esos mismos lugares. A su vez, las extracciones de estos tonos son tan hermosas como inusuales, sobre todo, si se han encontrado algunas piedras que prueben su existencia.

Las dimensiones alcanzadas por estas piedras cuando se encuentran en bruto son impactantes, pues pueden llegar a ser del tamaño de un niño de cinco o seis años. Es por esto que situarlas entre las más colosales en el ámbito mundial no es una sorpresa.

En el Museo Smithsonian se encuentra una colección de Topacios a la disposición de los observadores; dos de ellos sin ser tallados, más uno con forma y brillo; las tres son de color imperial.

Las que permanecen es su estado natural alcanzan un peso de 70 y 111 libras. No muy lejos está el Topacio lustrado que les hace compañía, cuya medida fue reducida a 22,892.50 quilates; pero esto no fue impedimento para ser una de las rocas de mayor belleza y magnitud, reconocida internacionalmente.

Aunque los Topacios no se extraen todos los días, con uno basta para realizar una amplia cantidad de accesorios; cada hallazgo de esta pieza de admirable contextura, asombra a la sociedad joyera, ya que nunca se sabe cuán enorme será el siguiente.

ALFA