Titicaca es el lago navegable más impresionante y más alto del mundo, se encuentra ubicado entre Perú y Bolivia. Tiene más de 3.800 metros sobre el nivel del mar y 196 kilómetros de largo. Este lago exhibe un ambiente frío con frecuentes lluvias, y se extiende desde el oeste de Bolivia hasta el sureste de Perú; es decir, su zona es compartida por ambos países.
En su orilla alberga a la capital folklórica del Perú, la ciudad de Puno, fundada en 1966, y su cultura ha conservado el legado español en sus expresiones artísticas y culturales. El lago dispone de un importante sistema de navegación que mantiene en contacto a Perú y a Bolivia a través de embarcaciones.
Visitar este hermoso y misterioso lago es volver al pasado y remontarse a la época de la legendaria cultura preincaica; de la cual quedan restos arqueológicos importantes en la zona sur del lago. Actualmente las riveras del Titicaca están pobladas por diferentes etnias indígenas, estas conservan una fuerte relación histórica y cultural con el lago; mantienen aún la tradición de la pesca artesanal, la caza de aves silvestres y las mujeres son expertas tejedoras.
Uno de los grandes atractivos de este paraje natural son sus encantadoras islas flotantes, donde ha hecho vida el linaje de las antiguas civilizaciones. Una de las más conocidas es la isla de los “Uros”; construida de forma artificial sobre “totoras” (hierba que crece en la superficie del lago) y sus habitantes aún conservan características en sus vestimentas de la cultura inca.
El visitante puede emprender el viaje hacia esta isla desde la ciudad de Puno, en una de las embarcaciones hechas por sus habitantes, que lo llevarán a dar un recorrido por los hermosos paisajes y visitar los senderos y antiguas ruinas incaicas, restos arqueológicos y estar en contacto con las culturas ancestrales.
La isla Suasi le puede ofrecer una experiencia inolvidable. Es la única isla privada en el lago, está alejada del bullicio y escondida entre los árboles más frondosos del singular paisaje que armoniza con el verde intenso de la vegetación que la rodea. Este lugar ofrece a los visitantes hermosas y confortables posadas ecológicas. Aquí puede disfrutar de relajantes atardeceres, remar en canoas o si prefiere, puede caminar a orillas del hermoso lago y contemplar el ocaso del sol; es el lugar ideal para descansar.
En la isla Amantaní sus pobladores se dedican a la agricultura y artesanía. Este hermoso lugar cuenta con dos cimas, ambas con templos sagrados; con miradores naturales y algunas ruinas arqueológicas. Sus habitantes desarrollan el turismo a partir de sus propias familias, es decir, reciben al visitante en sus casas; ofreciéndole cómodo hospedaje, servicio de comida y una amable atención.
Esta apacible isla está dispuesta a brindar refugio a los visitantes que aman la calma y tranquilidad. Visite uno de los lugares más hermosos y misteriosos de América. ¡Comparta su diversidad cultural!
ALFA