Por la fuerza de la naturaleza, o por simple decisión del destino, invaluables tesoros han sido perdidos; cargamentos de plata, oro, y gemas preciosas por las que el ser humano ha mostrado curiosidad, e incluso desesperación, por hallar esas muestras del pasado, que más que representar un valor monetario, conservan un valor cultural e histórico para toda la humanidad.
El cuerpo de la hermosa, Nefertiti. Reina de Egipto durante la dinastía XVIII. Más allá de su impresionante belleza, Nefertiti fue una pieza clave tanto en la política como en las prácticas religiosas de su pueblo. Siendo esposa de Akenatón, Nefertiti es considerada una imagen sublime, de la cual, solo se conocen historias, debido a que tanto su muerte como la tumba en la que fue dispuesto su cuerpo son un misterio.
Solo se sabe que en el año 1336 a.C. desapareció sin dejar rastro, al no ser mencionada ni en grabados ni en papiros posteriores. Numerosos equipos de arqueólogos han trabajado por hallarle, pero hasta los momentos se desconoce el paradero de la llamada “Bondad de Atón, la belleza ha llegado”.
Enormes reservas de oro en la Amazonia. Desde la época de la conquista se mantiene una leyenda, de un lugar ubicado en Suramérica, específicamente, entre la selva amazónica de Venezuela, Brasil o Guyana, en el que permanecen resguardas enormes cantidades de oro. A este paraje se le es llamado El Dorado. Exploradores provenientes de España e Inglaterra arriesgaron su vida por lograr transitar por las supuestas calles hechas con lingotes de oro, pero sus esfuerzos no resultaron los suficientes.
El San José, el navío español con la mayor carga de tesoros. Desde Cartagena salió el galeón San José con un botín en oro y plata, estimado en 5.000 millones de dólares. En lugar de llegar a España, su destino final fue hundirse en medio del mar, tras la batalla que el almirante, José Fernández de Santillán decidió emprender contra el barco inglés llamado “Expedition”.
La copa de Jesucristo y los 10 mandamientos. Formando parte del bagaje histórico, especialistas han luchado sin descansar por encontrar tanto la copa donde fue recogida parte de la sangre de Cristo tras morir en la cruz, y el Arca de la Alianza donde fueron dispuestos las tablas de piedra que contenían los 10 mandamientos, seguidos por los cristianos.
Lo que se conoce de la copa, o mejor conocida como Santo Grial, es que José de Arimatea logró recoger en ella parte de la sangre derramada por Cristo, y que este mismo objeto, fue usado por el hijo de Dios y sus discípulos en la última cena. En lo que respecta al Arca, es el tesoro arqueológico más buscado en la historia, pues además de contener los 10 mandamientos, resguarda la vara reverdecida de Aaron y el Maná caído del cielo en representación del convenio de Dios para con el pueblo judío. Hallar el Arca significaría dejar de lado la teoría científica, al ser prueba definitiva de la existencia de una divinidad suprema.
ALFA