Los tepuyes son montañas muy singulares que se caracterizan por poseer una cima plana y paredes laterales muy verticales en la mayoría de los casos. Estas ancestrales formaciones rocosas, deben su nombre a la palabra indígena del lenguaje pemón, “tepuy”; que significa “montañas” o “morada de dioses”. En estas mesetas yacen una gran diversidad de plantas y de especies animales cautivantes. Su flora y su fauna son imperdibles, se ha estimado que existen al menos unas 3.000 especies de plantas que solo pueden ser localizadas en las cumbres de estas impactantes planicies.

En este sentido, la cima de estas montañas son la cuna de especies únicas en el mundo; como por ejemplo, una gran cantidad de plantas carnívoras y algunas otras especies sin ser descubiertas.

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Estas cordilleras conforman un paisaje único venezolano. Se encuentran localizadas en la Gran Sabana, específicamente en el Parque Nacional Canaima, donde actualmente existen más de 50 tepuyes; sin embargo, también están ubicados en algunas zonas de países vecinos como Colombia, Guyana y Brasil. El porcentaje de elevación de estas montañas, oscila entre 1.500 a unos 3.015 metros sobre el nivel del mar; representando el segundo sistema de montañas más alto de Suramérica. Además, estas ancestrales mesetas son las formaciones rocosas más veteranas que existen, con al menos unos 1.700 millones de años de antigüedad.

Sus características formas vienen dadas como consecuencia de la erosión que sufrieron estas planicies a lo largo del tiempo, dando origen a los llamados “tepuyes”. Uno de los atractivos más cautivantes de este variado ecosistema y motivo de visita de muchas personas alrededor del mundo, es la imponente y encantadora montaña, Salto Ángel; esta es la caída de agua más grande que existe y considerada como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, al igual que el Roraima Tepui; ambos representan la majestuosidad de la creación de Dios hecha montaña.

Por esta razón, muchos turistas se sumergen en la fascinante pero aterradora aventura de ascender estas mesetas, y desde lo alto de la inmensidad de la naturaleza, sostienen horas de reflexión. La primera cumbre en ser marcada con huellas humanas, fue el Roraima, uno de los tepuyes de más fácil acceso en comparación al resto; debido a una rampa natural delimitada en su estructura. Aunque postrarse en la serenidad de su cumbre sería una experiencia realmente asombrosa; sin duda alguna, esto es solo para valientes.

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Además, no solo el soplo de adrenalina es lo que golpea los corazones de estas personas; ya que muchas otras solo desean contemplar y disfrutar de los fascinantes ríos, lagunas, cascadas e impresionantes cavernas que albergan y se desprenden de estas magníficas formaciones ancestrales. No pierda la oportunidad de experimentar las maravillas de la naturaleza, y sumérjase en la fascinante aventura de conocer estas extraordinarias formaciones rocosas.tepuyes_joya_life_1

ALFA