A grandes rasgos un encuentro amoroso encierra un sin fin de particularidades externas, al entender que el vestuario, calzado, maquillaje y apariencia de la piel debe ser lo más importante de esa noche. Un factor importante que parece no darse por enterado es qué decir en una cita romántica y créalo o no, puede ser decisivo y determinante para que al culminar la noche, sepa si se concretará o no otro encuentro.
La diferencia entre la etapa de la adultez y la adolescencia, es que en el segundo se adolece de criterio para establecer patrones de conducta apropiados para ciertos escenarios o espacios sin que condicione negativamente la cita romántica perfecta.
Debe recordar que para algunas personas el simple hecho de pensar qué decir durante ese momento puede resultar algo aterrador, aunque no debería serlo. Cualquier plática con su enamorado debe ser cómoda y agradable, e incluso si el lugar se lo permite, un poco pícara.
Indiferentemente que sea una persona tímida o quizás poco sociable por el mismo retraimiento, existen maneras de mejorar sus habilidades en este tipo de conversación. Considere que tenerlas con regularidad, aumenta las posibilidades de encender la chispa que los atrajo en primera instancia.
El inicio del encuentro es fundamental, procure llevar la conversación con preguntas frescas y abiertas. Es decir, evite interrogantes donde la respuesta sea monosílaba; un sí o un no, para nada conviene en ese momento. De esta manera logrará estimular a su acompañante, o porque no, su pareja, y le apoyará a mantener la conversación.
Los temas no tienen que ser tan elaborados, puede tratar sobre temas en común o metas que aun no ha podido concretar. Quizá exista alguno que quiera desarrollar en pareja. Un matrimonio o concubinato en realidad es una sociedad a partes iguales, que a lo largo de los años deberá afianzarse.
Una manera de fomentar una agradable plática es confesarle sus verdaderas intenciones y sentimientos hacia él. Esta manera de incrementar la intimidad se desarrolla en una delgada línea entre lo sutil y lo abrumador, que deberá manejar con cautela, no por nada negativo, sino para no empalagar.
Puede tomar la carta de la trivialidad y preguntarle cuál perfume lleva puesto. Acérquese decantando su aroma lentamente y hágale saber que le desea. Esta acción le encantará y deberá llevar a cabo en una conversación ligera y positiva. En ese instante quedan fuera los tópicos sobre economía, política, religión y trabajo.
Asegúrese de ser lo más desinhibida y demuéstrele las particularidades positivas de su personalidad durante la conversación. Relátele buenas historias y anécdotas que reflejen algo especial sobre usted, que le permita conectarte con la otra persona y lograr que se sienta atraído.
Además de ser una persona agradable y consecuente con un discurso ameno y sutil, durante el encuentro deberá demostrar gratitud por las usanzas y sentires de su pareja. No se trata de ser diplomática, sino de hacerle ver que tienen afinidad y que le agradaría compartirlas. Una cita romántica es un espacio donde el reconocerse en pareja, se inicia desde lo interno.
ALFA