Querer lucir un bronceado natural como evidencia de nuestras vacaciones de verano es totalmente normal, pero cuando tener la piel permanentemente bronceada se vuelve una obsesión, esto se transforma en tanorexia
Tanorexia, es el nombre con el que se define la obsesión por el bronceado, bien sea natural o e como resultado de los tratamientos con cámaras bronceadoras. Esta anomalía se considera un tipo de dismorfobia relacionada con la falta de aceptación del propio físico y que afecta mayormente a mujeres entre 17 y 35 años.
Miembros de la comunidad científica estadounidense acuñaron el término develando la existencia de este trastorno, luego de que un grupo de dermatólogos registraran casos frecuentes de pacientes con afecciones cutáneas, producto de una prolongada exposición solar y quienes a pesar de los daños, consideraban necesario continuar con la práctica.
Este trastorno, más allá de desmejorar la apariencia externa de la piel, causa daños irreversibles y es un factor de riesgo para desarrollar enfermedades mortales como el cáncer cutáneo, que aparece a partir de los 50 años. Según la Organización Mundial de la Salud, 66.000 personas mueren cada año como consecuencia del cáncer de piel, asociado a la exposición directa al sol o al uso de camas solares.
Aunque no existen cifras oficiales con respecto a este padecimiento. Su aparición se asocia a los países en donde las personas tienen la piel más clara y en donde la cultura del bronceado prevalece como, Australia, Nueva Zelandia, América del Norte y el norte de Europa.
Quienes padecen de tanorexia obvian por completo las consecuencias negativas de exponerse en exceso a los rayos solares y a las cámaras de bronceado. Este último recurso ha sido visto con recelo desde hace varios años, incluso, el tema se ha convertido en una prioridad para varios países. En Estados Unidos, la Asociación Médica ha recomendado en varias ocasiones la prohibición de las camas de bronceado, mientras que en España, la Sociedad Española de Dermatología aconseja evitar su uso.
Para los adictos al bronceado, existen opciones para luchar contra esta obsesión, que si bien son efectivas, requieren tiempo y voluntad. Dado que el origen de la disfunción de psicológica, esta se debe atender con sesiones guiadas por un especialista en el tema que ayude al paciente a manejar adecuadamente la percepción que tiene de sí mismo. Según las lesiones presentes en la piel, también es necesario un tratamiento dermatológico que se avoque a controlar los efectos acumulativos que genera la exposición excesiva a los rayos UVA.
Tomar sol saludablemente aporta beneficios a la salud como el aumento de la serotonina, encargada de mantener el buen estado de ánimo, de vitamina D, la cual ayuda a fortalecer los huesos y refuerza el sistema inmunológico. Pero, tal como como sucede con otros trastornos o adiciones, quienes padecen tanorexia nunca consideran que hay un tono de color suficiente, por lo cual requieren esa “dosis” diaria de rayos UVA, hábito que sin duda afecta la salud.
ALFA