El síndrome de Tourette es un trastorno caracterizado por movimientos repetitivos o sonidos indeseados (tics) que no se pueden controlar con facilidad. Por ejemplo, la persona afectada puede de manera repetida parpadear, encoger los hombros o emitir sonidos raros o palabras ofensivas.
En general, los tics se presentan entre los 2 y los 15 años, el promedio es alrededor de los 6 años. Los hombres tienen entre tres y cuatro veces más probabilidades que las mujeres de desarrollar el síndrome.
Si bien el síndrome no tiene cura, se puede tratar. Muchas personas con este síndrome no requieren tratamiento porque los síntomas no son molestos. Los tics suelen disminuir o controlarse después de los diez años.
Síntomas
Los tics, los movimientos o sonidos repentinos, breves e intermitentes son el signo distintivo del síndrome de Tourette. Los síntomas pueden variar de leves a graves. Los síntomas graves pueden interferir significativamente con la comunicación, el funcionamiento cotidiano y la calidad de vida.
Los tics se clasifican en:
- Tics simples. Estos tics repentinos, breves y repetitivos implican un número limitado de grupos musculares.
- Tics complejos. Estos patrones de movimientos diferentes y coordinados involucran varios grupos musculares.
Los tics también pueden involucrar movimientos (tics motores) o sonidos (tics vocales). Los tics motores suelen comenzar antes que los tics vocales. Pero el espectro de tics que las personas experimentan es diverso.
Tics simples
- Parpadeo de ojos
- Sacudir la cabeza
- Encoger los hombros
- Mover los ojos repentinamente
- Retorcer la nariz
- Hacer movimientos con la boca
Tics complejos
- Tocar u oler objetos
- Repetir movimientos observados
- Caminar siguiendo un patrón determinado
- Hacer gestos obscenos
- Inclinarse o girar
- Saltar
Tics vocales comunes en el síndrome de Tourette
Tics simples
- Ladrar
- Aclarar la garganta
- Toser
- Resoplar
Tics complejos
- Repetir palabras o frases propias
- Repetir palabras o frases de otros
- Usar palabras vulgares, obscenas o insultos
Además, los tics pueden:
- Varían en tipo, frecuencia y gravedad.
- Empeoran si estás enfermo, estresado, ansioso, cansado o emocionado
- Ocurren durante el sueño
- Cambian con el tiempo
- Empeoran en la adolescencia temprana y mejoran durante la transición a la edad adulta
Antes de la aparición de los tics motores o vocales, es probable que se experimente una sensación corporal incómoda (impulso premonitorio) como picazón, cosquilleo o tensión. Cuando aparece el tic, se siente alivio. Con gran esfuerzo, algunas personas con síndrome de Tourette pueden detener o contener temporalmente un tic.
Causas y factores de riesgo de los tics nerviosos
Exceptuando el caso del Síndrome de Tourette, cuyas causas se han establecido como genéticas, por el momento ha sido imposible determinar las causas exactas de los tics nerviosos no asociados a otra afección. Como la Corea de Huntington, la cual también presenta tics y posee un origen genético.
No obstante, numerosas líneas de investigación apuntan hacia la posibilidad de que la química cerebral, concretamente neurotransmisores como la dopamina, la serotonina o aminoácidos como el glutamato, posea un papel fundamental en la aparición y desarrollo de estos tics nerviosos.
Por otra parte, existen algunos casos concretos en los que sí se puede determinar la causa del tic. Estos son:
- Efectos secundarios de una cirugía.
- Lesiones cerebrales.
- Intoxicación por ciertos venenos.
- Accidentes cerebrovasculares.
- Infecciones cerebrales.
Por lo que respecta a los factores de riesgo, existe una serie de situaciones que facilitan la aparición de tics nerviosos. Esas son:
- Factores genéticos: familias con miembros que experimentan accesos de tics nerviosos.
- Sexo: se ha observado que la incidencia de aparición de tics es mucho mayor en hombres que en mujeres.
Complicaciones
A menudo, las personas con síndrome de Tourette llevan vidas sanas y activas. Sin embargo, el síndrome de Tourette con frecuencia involucra desafíos de comportamiento y sociales que pueden afectar el autoestima.
Entre las enfermedades que suelen asociarse con el síndrome de Tourette se incluyen las siguientes:
- Trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH)
- Los Trastornos obsesivo-compulsivo (TOC)
- Trastorno del espectro autista
- Dificultades de aprendizaje
- Trastornos del sueño
- Depresión
- Trastornos de ansiedad
- Dolor relacionado con tics, especialmente dolores de cabeza
- Problemas con el manejo de la ira
Diagnóstico
No existe una prueba específica que pueda diagnosticar el síndrome de Tourette. El diagnóstico se basa en la historia clínica de los signos y síntomas.
Entre los criterios utilizados para diagnosticar el síndrome de Tourette se incluyen los siguientes:
- Hay tics motores y vocales presentes, aunque no necesariamente al mismo tiempo
- Los tics ocurren varias veces al día, casi todos los días o intermitentemente, durante más de un año
- Estos tics comenzaron antes de los 18 años de edad
- Los tics no son consecuencia de medicamentos, otras sustancias u otro trastorno médico
- Los tics deben cambiar con el tiempo en ubicación, frecuencia, tipo, complejidad o gravedad
El diagnóstico del síndrome de Tourette podría pasarse por alto porque los signos pueden imitar a otras enfermedades. Al comienzo, el parpadeo podría relacionarse con problemas de visión, o la aspiración de aire por la nariz podría atribuirse a alergias.
Tanto los tics motores como los vocales pueden ser consecuencia de otros trastornos además del síndrome de Tourette. Para descartar otras causas de los tics, el médico podría recomendar lo siguiente:
- Análisis de sangre
- Estudios de diagnóstico por imágenes como una resonancia magnética
Tratamientos
Si bien no hay una cura para el síndrome de Tourette (ST), sí existen tratamientos para ayudar a controlar los tics causados por la afección. Muchas personas con ST tienen tics que no interrumpen sus actividades diarias y, por lo tanto, no necesitan tratamiento. Sin embargo, hay medicamentos y tratamientos conductuales para los casos en que los tics sean dolorosos o causen lesiones, interfieran con los estudios, el trabajo o la vida social o que causen estrés.
Medicamentos
Los medicamentos que ayudan a controlar los tics y a reducir los síntomas de trastorno relacionados incluyen los siguientes:
- Medicamentos que bloquean o disminuyen la dopamina. La flufenazina, el haloperidol (Haldol), la risperidonea (Risperdal) y la pimozida (Orap) pueden ayudar a controlar los tics. Los posibles efectos secundarios comprenden el aumento de peso y los movimientos repetitivos involuntarios. Puede recomendarse tomar tetrabenazina (Xanaxine), aunque puede causar depresión grave.
- Inyecciones de botulina (bótox). Una inyección en el músculo afectado podría ayudar a aliviar un tic simple o vocal.
- Medicamentos contra el déficit de atención con hiperactividad. Estimulantes como el metilfenidato (Metadate CD, Ritalin LA, entre otros) y medicamentos que contienen dextroanfetamina (Aderall XR, Dexedrine, entre otros) pueden ayudar a aumentar la atención y la concentración. Sin embargo, para algunas personas con síndrome de Tourette, los medicamentos para tratar el déficit de atención con hiperactividad pueden exacerbar los tics.
- Inhibidores adrenérgicos centrales. Medicamentos como la clonidina (Catapres, Kapvay) y la guanfacina (Intuniv), que habitualmente se recetan para tratar la presión arterial alta, pueden ser útiles en el control de síntomas de la conducta, como problemas con el control de los impulsos y ataques de ira. Algunos efectos secundarios pueden incluir la somnolencia.
- Antidepresivos. La fluoxetina (Prozac, Sarafem, entre otros) puede ser de ayuda para controlar los síntomas de la tristeza, la ansiedad y el trastorno obsesivo compulsivo.
- Medicamentos anticonvulsivos. Estudios recientes sugieren que algunas personas con síndrome de Tourette responden al topiramato (Topomax), que se utiliza para tratar la epilepsia.
ALFA