Desde hace muchos siglos, las joyas han representado siempre la belleza genuina creada por el hombre. Para muchas culturas, han sido un ornamento fino, extraordinario y de buen gusto. Los mayas al igual que los egipcios, veían en las joyas una de las piezas más refinadas y lucrativas, para adornar su cuerpo y vestimentas; especialmente los faraones y sus esposas, quienes las utilizaban en oro puro con incrustaciones de piedras preciosas, para así resaltar su belleza. Como dato curioso, a la hora de morir uno de ellos, lo enterraban junto con sus joyas, porque tenían la firme creencia de que en el más allá debían seguir luciendo su belleza.
Hoy en día usted puede lucirlas como una prenda, que no solo representa su belleza, sino como el más fino obsequio de un ser querido. En este caso no importando su valor, ni si es metálica o no metálica, porque lo que se obsequia con amor, vale más que todas las joyas de oro que puedan existir en el mundo.
Las joyas son un ornamento de metal, para adornar nuestro cuerpo. Algunas fabricadas con metales y piedras preciosas, y no preciosas, que hoy se exhiben en el mercado con diferentes tipos de materiales, y una gran gama de diseños, texturas y formas; donde usted puede adquirir: hermosos brazaletes, collares, anillos, pendientes y hasta espectaculares ornamentos para el cabello.
Prendas que por sus diversas texturas y extraordinarios diseños, las pueden utilizar tanto hombres como mujeres, de todas las culturas y círculos sociales. Por su diseño resaltante de la belleza humana, las joyas se clasifican en dos tipos: Las joyas no metálicas y las metálicas. Las primeras son un tipo de joya definidas como piedras preciosas, por el tallado de alta calidad y precisión.
La calidad y precisión de una joya depende de la materia prima que se utilice. Su valor adquisitivo, se mide en función de diferentes parámetros dependiendo de la gema, por ejemplo el diamante, se mide por su peso, pureza, color y talla.
Por otro lado, las metálicas son todo lo contrario, elaboradas con metales preciosos como el oro, plata y el platino. El encargado de elaborarlas, transforma la materia prima para convertirlas en adornos atrayentes como: anillos, aros, cadenas, pendientes, esclavas y pulseras, que se miden tanto por sus quilates, como por el trabajo arduo del orfebre.
En la actualidad, por el alto valor adquisitivo de una joya no metálica, las personas tienden a adquirir más las joyas elaboradas en plata, por ser también una prenda de menor valor adquisitivo que el oro. En la gran mayoría de las culturas, las joyas se conciben como un símbolo de poder y riqueza, generando en ciertas personas, una forma de acumular riquezas.
No importa su género o estatus social, a la hora de lucir una joya metálica o no metálica, lo que importa es la actitud, porque no será el valor de la joya que la realce, sino el modo en que usted la luzca. ¡Siéntase como una reina con las mejores joyas y luzca divina!
Todas las joyas son preciosas, agradecida por toda la información. No es el valor de la joya, sino como una la luzca. Totalmente de acuerdo.
Es cierto, no son de la misma calidad, pero sean metálicas o no metálicas, realzan la belleza de cualquier mujer. Me gustó este artículo.
Quedé fascinada con este artículo. Es interesante conocer la historia de las joyas, que por cierto me encanta coleccionarlas, pero no por riqueza, sino porque me gusta lucirlas.
Excelente artículo, me ha enseñado a definir los tipos de joyas existentes en el mercado, lo recomiendo.
Prefiero las metálicas, no tendrán la finura de una no metálica, que son muy costosas, pero hoy en el mercado se encuentran diseños preciosos.