A continuación te traemos algunos de los mayores signos de necesitar vacaciones. Recuerda que antes del trabajo, esta nuestra salud. Así que en caso de presentar alguno de estos signos sería bueno que planificaras unas buenas vacaciones. Síguenos leyendo.

Ansiedad y problemas de memoria

La tensión es causa del estrés, y a su misma vez, su consecuencia; porque quienes están estresados se estresan más por pensarse estresados, y eso desencadena estados de mucha ansiedad.

También la necesidad de vacaciones se puede reconocer cuando uno comienza a olvidarse de las cosas… eso es típico del estrés: la capacidad mental se sobrecarga tanto que termina llevando a una disminución en la capacidad de atención.

Estar abrumado

A veces, sin que ocurra un cambio específico, de pronto sientes que ya el tiempo no te alcanza. Es como si siempre tuvieras que estar corriendo. Lo peor de todo es que quizás termines el día con la sensación de que no avanzaste de forma significativa y que tienes aún muchos asuntos pendientes.

Más allá de la cantidad de tareas que debes realizar, lo más importante aquí es la sensación de estar abrumado frente a los compromisos y las obligaciones. Es como si ya no pudieras con todo ello. Experimentas que ya no tienes tiempo para ti. Para repensar y replantear las cosas, por ello es probable que lo ideal sean unas vacaciones.

No tienes tiempo de ocio

Llega un momento en que es necesario parar y ver dónde estás en la vida y a dónde quieres llegar. Repensar los objetivos y la situación personal, hacernos preguntas y, con base en las respuestas, tomar decisiones. No importa lo bien que puedan estar las cosas, siempre se pueden mejorar.

Falta de creatividad o enfoque

Signos de necesitar vacaciones

Todo depende del tipo de puesto o actividad que realices pero, en general, te cuesta bastante concentrarte y tener ideas brillantes. Está comprobado que la gente no puede mantenerse enfocado por largos períodos continuos.

El tiempo no alcanza

Las actividades que antes realizabas en pocos minutos, ahora te toman varias horas. Esto es señal de que tu capacidad de concentración está fallando, te distraes con mayor facilidad, pues tu mente está dispersa. Necesitas, entonces, realizar actividades relajantes, que logren bajar la tensión física y mental.

Errores más de los normales

Todos cometemos errores, es un hecho. Pero cuando tus niveles de concentración son bajos, empiezas a cometer errores tan básicos como absurdos, los cuales de alguna u otra forma llegan a afectar, no solo a ti, si no a tu equipo de trabajo.

Salir de vacaciones unos días te hará olvidar de los pendientes del trabajo. A tu regreso, traerás contigo nuevamente, esa concentración que te ayudará a cometer la menor cantidad posible de errores.

Problemas de salud

Llevar el trabajo al límite puede terminar por afectar gravemente la salud. Trabajar largas jornadas puede traer insomnio, gastritis o malestar general, por lo que tarde o temprano se tendrá que visitar a un doctor que dirá: “Tómese un descanso”.

Lo único que piensas es en trabajo

Si has notado que en las últimas semanas lo primero que piensas al despertar es en los pendientes de la oficina, y al llegar la noche te duermes revisando tus correos, es síntoma de que tu vida está siendo absorbida por las ocupaciones del trabajo.

Quienes disfrutamos de nuestro trabajo, gozamos de hacerlo más allá de un horario establecido. Sin embargo la vida se compone de muchas cosas más.

Falta de empatía con los hobbies de siempre

Si hasta hace un tiempo atrás te encantaba ir al gimnasio, estudiar inglés, ir a una clase de pintura, aprender de jardinería o cualquier otra actividad y ahora buscas cualquier excusa para faltar o dejarlo para el otro día quizás se deba a que estás demasiado cansado y tu cerebro necesita una pausa.

Malhumor

Conversas mucho menos con tus compañeros de trabajo, excepto para discutir. No te dan risa los chistes y los ruidos te irritan. La pérdida del buen humor es signo de que el cansancio está afectando tu estabilidad emocional. Respira profundo, y recuerda que el trabajo no lo es todo.

Ingesta excesiva de calorías, recaída en adicciones y taquicardias

El estrés crónico aumenta conductas adictiva (como por ejemplo el tabaquismo, el alcoholismo y, en general, también el consumo de comidas calóricas), hace que no le hagamos caso a las hormonas que nos generan estados de saciedad y hace que pongamos énfasis en las que nos dan hambre haciéndonos que le pidamos al cuerpo que coma más y menos sano, porque reclama energía rápida. Todo esto contribuye a la obesidad e incluso puede llevar a desarrollar algunos cuadros de diabetes.

Insomnio

Los problemas del sueño son otra bandera roja que debes tomar en serio. Meditar y salir de tu ambiente cotidiano puede ayudarte a dormir bien. Los estudios señalan que tomar el sol y respirar aire fresco mejora tu salud y por tanto te facilitan el descanso.

Frustración – depresión

 A pesar de que tienes mucho trabajo y pasas horas frente a tu computadora, en el fondo sientes una frustración cuando ves que el día otra vez se acabó y no has terminado con los pendientes. Esta frustración casi de inmediato comienza a transformarse en depresión y te comienzas a cuestionar si vale la pena tanto esfuerzo, si necesitas un cambio, si es momento de tirar la toalla, en fin.

Quizás lo único que necesitas es darte cuenta que el trabajo es un proceso que nunca termina y que a veces olvidarse de todo, no es irresponsabilidad si no es algo sano.

ALFA