La ansiedad es un sentimiento de miedo, temor e inquietud. Puede hacer que sude, se sienta inquieto y tenso, y tener palpitaciones. Puede ser una reacción normal al estrés. Por ejemplo, puede sentirse ansioso cuando se enfrenta a un problema difícil en el trabajo, antes de tomar un examen o antes de tomar una decisión importante.  En este artículo indagaremos en los signos de ansiedad.

Si bien la ansiedad puede ayudar a enfrentar una situación, además de darle un impulso de energía o ayudarle a concentrarse, para las personas con trastornos de ansiedad el miedo no es temporal y puede ser abrumadora.

Signos de ansiedad

Los síntomas del trastorno de ansiedad pueden variar. Algunos de ellos son los siguientes:

  • Preocupación o ansiedad persistentes por determinados asuntos que son desproporcionados en relación con el impacto de los acontecimientos
  • Pensar demasiado los planes y las soluciones a todos los peores resultados posibles
  • Percibir situaciones y acontecimientos como amenazantes, incluso cuando no lo son
  • Dificultad para lidiar con situaciones de incertidumbre
  • Temperamento indeciso y miedo a tomar la decisión equivocada
  • Incapacidad para dejar de lado u olvidar una preocupación
  • Incapacidad para relajarse, sensación de nerviosismo y sensación de excitación o de estar al límite
  • Dificultad para concentrarse, o sensación de que la mente se «pone en blanco»

Los signos de ansiedad físicos pueden ser los siguientes:

  • Fatiga
  • Trastornos del sueño
  • Tensión muscular o dolores musculares
  • Temblor, agitación
  • Nerviosismo o tendencia a los sobresaltos
  • Sudoración
  • Náuseas, diarrea o síndrome del intestino irritable
  • Irritabilidad

Puede haber momentos en que las preocupaciones no te consumen por completo, pero de todos modos te sientes ansioso aunque no haya motivos evidentes. Por ejemplo, podrías sentir una gran preocupación sobre tu seguridad o la seguridad de tus seres queridos, o tal vez sientas que algo malo está por sucederte.

Tu ansiedad, tu preocupación y los síntomas físicos te provocan angustia considerable en situaciones sociales, laborales y en otros ámbitos de tu vida. Las preocupaciones pueden cambiar de una inquietud a otra, y pueden variar según el momento y la edad.

Signos de ansiedad en los niños y adolescentes

Los niños y los adolescentes pueden tener preocupaciones similares a las de los adultos, pero también pueden preocuparse en exceso por lo siguiente:

  • Desempeño en la escuela o en eventos deportivos
  • Seguridad de los familiares
  • Llegar a tiempo (puntualidad)
  • Terremotos, guerras nucleares y otras situaciones catastróficas
  • Un niño o adolescente con preocupación excesiva puede manifestar lo siguiente:
  • Sentirse demasiado ansioso por tratar de integrarse
  • Ser un perfeccionista
  • Volver a hacer algunas tareas porque no salieron perfectas la primera vez
  • Pasar demasiado tiempo haciendo las tareas de la escuela
  • Carecer de confianza
  • Esforzarse para obtener la aprobación
  • Exigir demasiada atención sobre su desempeño
  • Tener dolores de estómago frecuentes u otros síntomas físicos
  • Evitar ir a la escuela o evitar situaciones sociales

Formas naturales de reducir la ansiedad

Hay muchas formas naturales de reducir la ansiedad que te ayudarán a sentirte mejor, que incluyen:

Lleva una dieta saludable: las dietas ricas en vegetales, frutas, carnes de alta calidad, pescado, nueces y granos enteros pueden reducir el riesgo de desarrollar trastornos de ansiedad, pero la dieta sola probablemente no sea suficiente para tratarlos.

Consume probióticos y alimentos fermentados: tomar probióticos y comer alimentos fermentados se ha asociado con una mejor salud mental.

Limita el consumo de cafeína: el consumo excesivo de cafeína puede empeorar los sentimientos de ansiedad en algunas personas, especialmente en aquellas con trastornos de ansiedad.

Abstente del alcohol: los trastornos de ansiedad y el abuso de alcohol están fuertemente relacionados, por lo que puede ser útil mantenerse alejado de las bebidas alcohólicas.

Deja de fumar: fumar se asocia con un mayor riesgo de desarrollar un trastorno de ansiedad. Dejar de fumar se asocia con una mejor salud mental.

Haz ejercicio con frecuencia: el ejercicio regular se relaciona con un menor riesgo de desarrollar un trastorno de ansiedad, pero las investigaciones no han determinado si el ejercicio ayuda a quienes ya han sido diagnosticados.

Intenta meditar: se ha demostrado que un tipo de terapia basada en la meditación, que se conoce como reducción del estrés basada en la atención plena, reduce significativamente los síntomas en personas con trastornos de ansiedad.

Practica yoga: se ha demostrado que practicar yoga con regularidad reduce los síntomas en personas diagnosticadas con trastornos de ansiedad, pero hacen falta más estudios confiables.

Prevenir la ansiedad

Cuando una persona sufre de ansiedad, ya sea de forma muy puntual o generalizada, su energía es conducida a reducir los síntomas o gestionarlos de una forma más óptima. Sin embargo, existe un punto importante que no siempre se trabaja: la prevención.

Saber qué debemos hacer o qué rutinas son importantes mantener nos ayudará a que la ansiedad no se produzca y de producirse lo hará en niveles no tan elevados.

1. No improvises

La ansiedad muchas veces se detona por el estrés diario y la improvisación ante los acontecimientos. Es importante llevar una agenda, planificar con tiempo las citas y dedicar cada mañana unos minutos a trazar nuestro plan de acción.

2. Ocio

El ritmo diario de vida nos permite tener el tiempo justo para dedicarnos únicamente a las obligaciones. Sin embargo, es importante volver a nosotros mismos, dedicar tiempo a lo que nos apetece hacer, con o sin compañía. Te permite relajarte, desconectar y reiniciar.

3. Relájate

Técnicas de relajación, como la respiración diafragmática, el mindfulness, el yoga o la meditación puede ayudarnos a saber cómo canalizar mejor nuestros pensamientos. Una vez que logramos calmarnos a nivel físico y mental, sabremos actuar mejor en el día a día y no aparecerá esa ansiedad que solemos sentir.

4. Busca un deporte

Cuando en las actividades deportivas nos dejamos influir por la moda, podemos acabar practicando un deporte al que no siempre sacaremos el máximo provecho. El deporte nos debe relajar, dar energía, motivar y desestresar. Si lo que estamos haciendo no lo logra o llega a elevar más la activación mental, debemos buscarnos otro.

5. Cuídate

Escoge qué comes y cómo lo comes, ya que ciertos alimentos pueden tener un efecto negativo contra ti, como puede ser el café al activarte. Pero también algunas comidas pueden hincharte o hacer que estés incómodo, lo cual también te predispone a estar más alerta.

ALFA