La Semana Santa o Semana Mayor, como se le llama a la última semana de la cuaresma, está definida por la iglesia católica como un recordatorio de la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo. Comienza el domingo de ramos y finaliza el domingo de resurrección. Además, en ella se le da importancia a una serie de símbolos cristianos, que desde el punto de vista de la religión y la historia son sumamente importantes para los seguidores y creyentes. Por tal motivo, en esta oportunidad, usted podrá conocer más de cerca todo sobre el significado de los símbolos de la Semana Santa.
Para comenzar históricamente, la Iglesia Católica afirma que su origen está basado en la muerte, resurrección y ascensión de Jesucristo y que fue construida bajo los preceptos que defendieron los apóstoles y Jesús. Sin embargo, existen evidencias claras y muy analizadas que demuestran que realmente no sucedió así. No obstante, los cristianos y sus creencias fueron perseguidos y prohibidos durante los primeros 280 años de la cristiandad. Esto cambió con la llegada al poder del Emperador Constantino, quien en el año 313, legalizó el cristianismo en el Edicto de Milán; luego en el 325 d.C. convocó al Concilio de Nicea en un intento por unificarlo.
Durante este tiempo, el Imperio Romano perdía poder, se estaba fragmentando y Constantino pensó en esta unificación de la cristiandad como una forma de evitar que el imperio terminara de morir; por lo que buscó la manera de fusionar las creencias paganas de los romanos con la fe cristiana y lograr que la mayoría aceptara esta propuesta de manera más tranquila. Pues, en realidad este Emperador y su gran Imperio no estaban dados completamente a toda la creencia de los cristianos, razón por la cual promovió una Iglesia mezclada entre el paganismo y la fe de los católicos.
De esta manera nació la cristianización de la creencias paganas, dándole nueva identidad al cristianismo, de aquí algunos ejemplos de este fenómeno que logró Constantino antes de la caída de su imperio: Es bien sabido que la mayoría de los romanos tenían creencias politeístas, es decir creían en varios dioses; con el tiempo esa tendencia fue transformándose en lo que se llamó el henotismo o creencia en varios dioses, pero con la particularidad de que uno de ellos era un dios supremo que estaba por encima de los demás y este a su vez comandaba el panteón donde se encontraban todos. Es decir, una especie de unión entre politeísmo y monoteísmo.
Por consiguiente, la iglesia católica transformó ese panteón lleno de dioses romanos y paganos en la galería de Santos que hoy llenan las iglesias y así como ellos tenían un dios para la guerra, la paz, el amor, etc., la iglesia tiene un santo para lo imposible, para conseguir trabajo, para conseguir pareja, para proteger a los animales, además de los santos patrones. Lo cierto es que esta es una prueba del paganismo presente en el origen de la religión cristiana.
Otro aspecto que se tiene como ejemplo de lo pagano en el cristianismo, es el concepto de la Cena del Señor o La Comunión Católica, que nació en el Mitraismo, religión que existió en el Imperio Romano y a la que nunca se reconoció como tal. No obstante, el Mitraismo fue muy seguido por los soldados romanos y casi fue la religión más popular en Roma, hasta que llegó el cristianismo. Dentro de los rituales de esta doctrina se acostumbraba a beber y comer la carne del toro. El dios Mitra, que simbólicamente estaba presente en esa carne y sangre, era consumida por los que necesitaban y querían salvación, ya que en esa comida sacrificio, se encontraba el propio Dios.
Por consiguiente, Constantino sustituyó el concepto de este ritual por el del sacramento de la comunión que luego se haría de manera obligatoria en las misas de las iglesias, o sea la Eucaristía, en donde se consume simbólicamente el cuerpo de Cristo. Igualmente, el Mitraismo, también tenía el concepto de los siete sacramentos. Por estas razones no se puede pasar por alto la similitud de algunas costumbres romanas y sus creencias religiosas con respecto a lo que hoy en día es la religión católica.
Ahora bien, después de haber conocido un poco sobre el cristianismo y su origen, para muchos católicos, el origen de la religión sigue estando en lo acontecido en la Semana Santa y, a su vez sigue siendo de mucha reflexión sobre Jesús y todo lo que sucedió antes de su muerte y resurrección. Por eso se revisa siempre el sacrificio que hizo al entregarse y liberar a la humanidad de los pecados; igualmente, muchos usan esta semana para orar, para contemplar sus acciones, la forma de mejorar y de qué manera acercarse más a Dios. La Semana Santa, es si se quiere, lo que sigue de esos cuarenta días que Jesús pasó en el desierto, tiempo al que se le ha llamado cuaresma, en el que obtuvo una preparación para lo que venía luego.
Los días más importantes de la Semana Mayor son jueves, viernes, sábado santo y domingo de resurrección, ya que las celebraciones más importantes se centran en éstos. Asimismo, los católicos realizan diferentes actividades tradicionales en las que reviven, todo lo que Jesucristo y sus apóstoles vivieron y padecieron. Normalmente son muy comunes las procesiones, la escenificación, las misas y sobre todo resaltar todo el significado de la simbología de ese drama histórico que vivió Jesús.
De la misma forma, los feligreses católicos de todo el mundo, se unen en esa celebración y muchos hacen promesas de alto sacrificio, como guardar ayuno, abstenerse de comer carne, cargar la cruz en alguna procesión, vestirse de morado simulando el traje del nazareno, entre otras cosas.
Ahora bien, dentro de los símbolos más significativos que tiene la Semana Mayor están los ramos de olivos y palmas. Éstos fueron utilizados por los hebreos para celebrar la llegada de alguien importante a sus ciudades, como algún rey o persona ilustre. Cuando Jesucristo llegó a Jerusalén, este pueblo lo recibió triunfalmente entre palmas y ramos como muestra de aceptación como el mesías. Por lo que el domingo de ramos se comienza la celebración de la Semana Santa con una procesión entre cantos y ramos para demostrar la cercanía al Señor Jesucristo. Luego los subsiguientes días son de meditación y reflexión sobre los pecados.
El Jueves Santo, se celebra una misa a primera hora de la mañana, llamada la Misa Crismal, en la que el obispo consagra los óleos y el crisma. Estos aceites y perfumes bendecidos cercanamente a la pascua, serán importantes para algunos sacramentos, entre ellos los bautizos y la unción de los enfermos; y así como los derivados del aceite realizan en la piel una serie de beneficios: suavizan, curan, embellecen y mantienen en forma, igualmente, la similitud está en que Dios quiere obrar a través de esos sacramentos en el bien de los seres humanos.
De igual manera, este día se celebra el sacramento del amor y el servicio es la demostración de amor, que Jesucristo realizó al lavarle los pies a alguno de sus discípulos antes de la última cena. Por esta razón, en las misas del Jueves Santo, los sacerdotes lavan los pies a los feligreses que asisten.
Con respecto al Viernes Santo, se escucha el relato de la pasión, no se celebra la eucaristía por la muerte de Jesús; pero se hace un canto de aclamación a Jesucristo y en un acto sencillo se presenta a la cruz para que los feligreses hagan un gesto simple de adoración como signo de admiración y de gratitud hacia Cristo y su entrega. El Sábado Santo se realiza la Eucaristía en una misa nocturna para esperar la pascua y se dan las bendiciones del fuego y del agua, lo que representa la luz y la oscuridad. Se hace igualmente una vigilia en las puertas de las iglesias con una hoguera de fuego y se enciende el Cirio que permanecerá así en las siguientes siete semanas de pascuas.
El Cirio representa la luz del mundo que es iluminado por Cristo, a través de la pascua que debe ser acogida por todos los católicos para ser compartida. Asimismo, se realizan los bautizos para la incorporación a la vida de Jesús y luego de su muerte, bautizarse significa resucitar con él. Igualmente otros símbolos significativos durante la Semana Santa son los colores blanco, morado y rojo que se usan en los diferentes rituales a celebrarse; también las campanas de los templos que suenan en señal de la resurrección y con ellas el incienso, las flores y la música llena de cantos alegres por la pascua.
Para finalizar, la Semana Mayor es para los católicos, el tiempo de recordar y renovar, a través de los rituales y los símbolos la promesa cristiana de vivir en Cristo. Por lo que conocer el significado de muchos de ellos es primordial para tener un verdadero acercamiento a Dios que permita una vida llena de paz y acciones bondadosas como lo expresó Jesucristo a través de su enseñanza. Para los católicos, esta celebración es la máxima demostración de reconocimiento a su mayor representante, Cristo en su entrega.
ALFA