Si queremos encontrar el sentido de la reencarnación como filosofía, debemos acceder a información relevante que nos traslade hacia el sistema de creencias de hace miles de años, cuando a través de las religiones de origen hinduista se basaron en la mitología de la religión brahmánica, que explica que al momento de la “muerte física” del cuerpo, el alma o parte esencial de cada ente vivo en esta tercera dimensión, procede a abandonar este cuerpo y es llevada por los llamados “iamadutas” o mensajeros sirvientes del Dios “Iama”, que es según este sistema de creencias el encargado de juzgar el karma de las almas del universo.
Por otra parte, los creyentes del Janismo, dicen que cada una de las almas recoge vida tras vida, los frutos de sus buenas o malas acciones; por lo que en todas las vidas pasadas los seres humanos hemos tenido la oportunidad de evolucionar a través de aprendizajes sucesivos. Asimismo, esta filosofía plantea que cuando un alma acumula karmas positivos suficientes, se llena de pureza y por esta razón puede reencarnar en un “deva” o entidad semidivina.
En otro orden de ideas, el budismo explica que la reencarnación implica un cambio trascendental durante una misma vida, por lo que cada alma tiene la oportunidad de lograr la “evolución del yo”, según un sistema de creencias diferente, que defiende la tesis de la reencarnación, pero no después de la muerte física, sino en una misma vida.
Por su parte, la creencia Kabbalística sostiene que la filosofía de la reencarnación, parte de un proceso llamado “tikún, término que significa “corrección”, a través del cual se conciben y se dirigen los patrones de pensamiento, sentimientos y actividades que el ser humano lleva a cabo en este plano, asegurando que la historia de la humanidad, se trata en realidad del proceso de regreso de las almas, que según las escrituras del Zohar contiene el registro del comportamiento universal y repetitivo de sus habitantes durante sus vidas pasadas.
En resumen, varias religiones defienden la filosofía de la reencarnación, desde perspectivas diferentes, pero en sí la misma representa un sistema de creencias que sostiene que la esencia individual de las personas, considerada como alma, mente, conciencia o simplemente energía, pasa por vidas sucesivas, adoptando un cuerpo material en cada vida y trayendo consigo los karmas de vidas pasadas, para optar a la evolución del yo a través de aprendizajes.
Pero a pesar de esto, algunas religiones tienen su propia perspectiva o puntos de vista, e incluso la llaman de otra manera, por ejemplo: “metempsicosis” que viene de los términos griegos “meta” que significa después y “psyche” que se refiere al espíritu o alma, mientras que otros le llaman “transmigración” o “renacimiento”.
Asimismo, desde esta filosofía se concibe la vida desde las existencias futuras, donde según estos criterios se pueden encontrar personas con las se han mantenido estrechos vínculos afectivos en vidas pasadas, creyéndose que este proceso puede ser grupal, es decir, se reencarna en grupos; pero religiones como la católica desmienten la sucesión de vidas y por ende la reencarnación, y parten del hecho de que sí podemos reencontrarnos con todos nuestros seres queridos, pero una vez muertos físicamente todos, cuando lleguen al Cielo o al Infierno.
Es así como, para el cristianismo debe rechazarse la reencarnación como doctrina que se opone, según ellos, a los planteamientos y creencias que aparecen en la Biblia, y contrasta con la creencia de la resurrección, que es explicada sucesivas veces en este texto sagrado.
Sin embargo, existen evidencias confirmadas y comprobadas por diferentes investigadores del campo de la psicología y terapeutas que han accedido a informaciones a través de regresiones, y que han realizado investigaciones basadas en experiencias con niños, quienes hablan de vidas pasadas, en otras épocas distintas en el tiempo, describiendo sus antiguos padres, a sus parientes, amigos o personas significativas, y que incluso han logrado ubicar sus hogares en sitios que jamás han visto y mucho menos visitado.
Cabe destacar, que el Doctor Ian Stevenson, investigador del Departamento de Medicina y Psiquiatría Conductista de la Universidad de Virginia en Estados Unidos, ha llevado a cabo trabajos de investigación en varios países del mundo, como Gran Bretaña, India, Líbano, Ceilán y Alaska, sobre este tipo de eventos y evidencias, logrando registrar alrededor de dos mil casos sobre experiencias de reencarnación.
Según estos estudios del doctor Stevenson, los adultos pueden lograr el recuerdo de vidas pasadas a través de sus sueños o sumergidos en un estado de meditación profunda, e incluso muchos terapeutas e psiquiatras como Brian Weiss han recurrido a la hipnosis.
Asimismo, muchas personas viven experiencias llamadas “déjà vu”, que es una sensación que se ha vivido antes en el mismo lugar y las mismas circunstancias, lo cual generalmente dura pocos segundos o minutos. También se ha comprobado la existencia de vidas pasadas de muchas personas, a través de sesiones espirituales de manera grupal, con individuos que poseen capacidades o una sensibilidad especial que llevan al grupo a experimentar sensaciones de este tipo.
En este contexto, las evidencias históricas y culturales que encontramos en documentos como por ejemplo el Kybalion, entre otros, se corrobra una filosofía basada en la creencia de vidas pasadas, por las cuales pasamos de manera consecutiva, hasta lograr un nivel de evolución espiritual tan elevado que no necesitamos regresar al plano terrestre, lo cual es decisión de cada alma.
Asimismo, el sentido de la reencarnación como filosofía se encuentra en el proceso espiritual que sufre cada alma y que lo lleva a la evolución, y el cual implica la existencia de karmas que se deben afrontar vida tras vida. Incluso, podemos notar que, en muchos países a pesar de no ser fieles creyentes de esta filosofía o sistema de creencias, se utiliza la expresión “esto es un karma”, para referirse a cualquier situación a la cual no le encuentran explicación, que los pone a prueba y que deben superar.
Los karmas vienen con nosotros desde el momento de nuestra concepción, van incluidos en ese paquete que somos, donde el sistema de creencias, nuestro registro informativo de otras vidas, nuestro ambiente, familia, círculo social, etcétera, ya está elegido, viene allí en ese paquete espiritual que representamos en este plano. Con este cuerpo y con esta energía espiritual debemos defendernos, pensar, hablar y actuar, para así lograr tener una filosofía de vida, un sistema de creencias que nos haga obtener esa evolución espiritual tan necesaria para nuestras almas.
De allí que, la reencarnación viene a representar un sistema de creencias que brinda al ser humano la oportunidad de obtener aprendizajes y de cumplir con una misión de vida, de lo cual no siempre está consciente, ya que muchas personas ni siquiera acceden a este tipo de información espiritual, y se les hace más difícil comprender el verdadero sentido de la vida, de la evolución, de la existencia de vidas pasadas que nos hacen tener la vida presente, con la serie de karmas y aprendizajes que debemos adquirir.
Pensar entonces en la reencarnación como filosofía de vida, significa creer en las vidas pasadas, en los karmas, en los aprendizajes y obviamente en la reencarnación como camino que nos exige cumplir con una misión de vida, que implica evolución espiritual, seguimiento de un sistema de creencias en el cual la muerte no existe, sino el paso de un plano a otro, para luego volver, en otro tiempo, otro cuerpo y otras circunstancias de vida, tantas veces como sea necesario.
El proceso de evolución espiritual según los planteamientos de la reencarnación, parte del hecho de que somos almas inmortales, que tenemos un elemento espiritual representado por esa energía que nos hace vivir en este plano, que nos otorga la capacidad de movernos, de pensar y de actuar, y por ende de enfrentarnos a las situaciones de la vida que se presentan como karmas que traemos de vida pasada.
De esta manera, si estamos conscientes de este hecho, podemos superar estos karmas con mayor facilidad, convirtiendo estas experiencias en un aprendizaje constante, que si lo internalizamos y lo aprovechamos nos ayuda a cumplir con nuestra misión de vida.
En este sentido, el cumplimiento de nuestra misión de vida nos hace obtener la evolución espiritual, o por lo menos encaminarnos hacia el logro de dicha evolución, como elemento fundamental que nos llevamos a otras vidas, y que será determinante para nuestra próxima misión, por lo que es de suma importancia el grado de evolución que logremos en esta vida, que dependerá de nuestra actuación como entes individuales que se desenvuelve en un sistema de creencias colectivas, con las cuales debemos interactuar y comunicarnos, para así encontrar el camino que nos guíe hacia la luz.
El camino no es fácil, tener fe en un sistema de creencias específico es una tarea espiritual compleja, considerando que existen en este plano diferentes manifestaciones espirituales que nos plantean diferentes filosofía, y que todas dicen tener la verdad, pero recordemos que la verdad absoluta no existe, por lo menos desde nuestra perspectiva filosófica, porque hasta eso es discutible, ya que para algunas religiones más herméticas, se da por sentado que hay verdades absolutas que no tienen discusión.
Pero, lo que queremos lograr con este artículo es llegar a sus mentes y corazones, para brindarles una información que les llene y los motive a buscar más respuestas que los encamine en su búsqueda espiritual, porque de una cosa estamos claros, y es que si estás leyendo este artículo, es porque el tema te interesa y andas en ese camino buscando un sistema de creencias que se adapte a tu misión de vida y al aprendizaje que debes lograr para lograr la evolución espiritual, de la cual hacemos tantas menciones.
Al final de cuentas, sea cual sea el camino que elijamos para transitar por esta vida, todo conlleva a un aprendizaje, creamos o no en la reencarnación, en las vidas pasadas y en los karmas, de allí que como seres humanos conscientes y responsables, debemos actuar de la mejor manera, siguiendo valores universales de amor, respeto, responsabilidad y honestidad, para sí lograr esa evolución espiritual que desde cualquier sistema de creencias se debe lograr, porque eso implica que estamos actuando desde el amor, con justicia y paz en nuestros corazones.
ALFA