La ciudad de Roma se encuentra en la lista de las 10 ciudades más visitadas de Europa y de seguro ocupa la primera posición en la mente de ciudades por visitar entre turistas de todo el mundo. Y es que sin duda, conocer  esta ciudad, otrora sede de uno del antiguo Imperio Romano, es una experiencia incomparable.

La ciudad de Roma se fundó a orillas del Tiber por las tribus de etruscos, latinos y siberios en el año 753 a.C. Desde entonces, sus moradores, quienes poseían conocimientos sobre artes navales, alfarería y otros oficios, marcaron el porvenir de la creciente ciudad, construyendo la historia y monumentos que hoy en día la siguen haciendo atractiva.

La visita a Roma debe comprender al menos cuatro días para conocer los sitios más importantes, disfrutar de sus terrazas y de su gastronomía, mundialmente famosa. Así mismo, es importante llevar ropa cómoda, muchas ganas de andar a pie—que es la mejor forma de conocer la ciudad—y un repaso de la historia para poder aprovechar la visita a los monumentos.

Una manera práctica de dividir el recorrido es organizando las visitas entre la zona de las fuentes y plazas, la Roma Imperial y en el Vaticano.

Ya en el centro de la ciudad, la mejor forma de ubicarse es localizando la Plaza de España, un lugar que sirve como excelente abreboca de todo lo que está por venir. Siguiendo el camino se puede divisar la calle Via dei Condotti, una de las más modernas y conocidas, pero que suele dejarse para conocer en otra oportunidad cuando a pocos metros, los visitantes ven la Fontana de Trevi y se acercan para admirarla y pedir un deseo.

Igualmente en el centro de Roma se encuentran cercanos entre sí, el Panteón, el Monumento a Víctor Manuel II, la Plaza Navona y el Campo de Fiori, este último, uno de los lugares más animados de la ciudad.

En el día dedicado a visitar la Roma Imperial, no pueden faltar sitios tan importantes como el Coliseo, el Foro Romano y el Palatino, ambos están en la misma área, por lo cual la ubicación no representa un problema. Además es obligatorio visitar la plaza Capidoglio y admirar la gigantesca estatua de Rómulo y Remo, los gemelos fundadores de la ciudad, según la mitología. El día puede finalizar en la plaza Trastevere, famosa por sus restaurantes a buenos precios y su ambiente animado.

Finalmente y dentro de la lista de cosas infaltables, se encuentra la visita al Vaticano; todo empieza en la Basílica de San Pedro—el monumento más importante de la fe católica—y una obra arquitectónica sin igual. Después de recorrer la Basílica y la plaza de San Pedro, llega la hora de conocer los monumentos del Vaticano, que culminan en la obra cumbre de Miguel Ángel, la Capilla Sixtina.

Roma se caracteriza por transcurrir entre monumentos gigantescos, calles empedradas, y la convivencia con la modernidad y los cientos de visitantes que llegan durante todo el año. Por ello, se trata de una ciudad con opciones variadas y en donde lejos de hartarse, los visitantes siempre quedaran ganas de seguir descubriéndola.

ALFA