Anhelamos estar rodeados de personas que nos hagan sentir bien, pero en lo complejo de las relaciones humanas encontraremos individuos con personalidades y conductas que nos hacen sentir mal. El psicólogo Bernardo Stamateas, destacado escritor y conferencista, menciona en uno de sus libros que “Muchas veces permitimos entrar en nuestro círculo más íntimo a los chismosos, a los envidiosos, a gente autoritaria, a los psicópatas, a los orgullosos, a los mediocres, en fin, a gente tóxica, a personas equivocadas que permanentemente evalúan lo que decimos y lo que hacemos, o lo que no decimos y no hacemos”.
Entonces, estas personas tóxicas, a través de su comportamiento, acciones y palabras nos hacen sentir terriblemente mal, afectando nuestra salud, quedando sumergidas en una especie de encantamiento nocivo, que nos provoca miedo, dolor de cabeza, insomnio y hasta puede llevarnos a una depresión.
Las relaciones tóxicas no sólo se refieren a relaciones de pareja, también están las relaciones familiares o de amistad. Inclusive podemos ser tóxicos sin darnos cuenta.
En el blog siquia, la psicóloga María Dolors Mas, revela ciertas características que definen a una persona tóxica. A continuación mencionamos las más relevantes:
- Es el protagonista de todas las conversaciones y no le gusta cambiar de tema, porque no existe otro mejor.
- Cuando se tratan de sus problemas, ocupan muchas de tus horas explicándotelo todo pero no esperes lo mismo si es usted quién necesita ser escuchado, nunca tendrá tiempo.
- Siempre quieren estar por delante de usted. Si le explica que ha tenido una oferta laboral que aún no lo puede creer, le cuenta que le ofrecieron algo muchísimo mejor; si le explica que tiene un dolor tremendo en la espalda, él le dirá que, precisamente, la noche anterior estuvo en urgencias por un dolor mucho mayor.
- Suelen romper sus promesas y camuflan sus sentimientos de egoísmo.
En ocasiones no sabemos cómo poner fin a una relación así, ahora bien, si estamos inmersos en una relación o comportamiento que consideramos tóxico. ¿Cómo podemos lograr desprendernos de esta actitud, persona o relación?
El primer paso es reconocer que existe, pero que no es imposible alejarnos de ella.
Mantener una actitud positiva, disfrutando momentos con personas que nos hagan sentir seguros de nosotros mismos.
Cuando una persona tóxica es parte en su ambiente laboral, limite con ella su reglamento de convivencia, no permitiendo que su actitud negativa influya en sus decisiones, ni menoscabe el rendimiento y eficiencia en su trabajo.
La psicóloga especialista María Dolors Mas, explica que, “Podemos usar la técnica de parada de pensamiento consistente en que, cuando se llega a este punto basta con decir ¡Basta! ¡Para ya! o dar una palmada, al mismo tiempo que se acompaña de frases positivas como” mi vida es muy valiosa” o “soy feliz”. Hay que saber que las personas tóxicas no intoxican a quien quieren, sino a quien pueden”.
ALFA