Llevar una vida sana se fundamenta en tener una buena alimentación y en practicar ejercicios periódicamente. Actualmente, debido al ajetreado ritmo de vida que se lleva, es cada vez más complicado disfrutar de una buena salud. Sin embargo, cambiando algunos hábitos alimenticios, y teniendo un poco de disciplina, es mucho lo que se puede aportar a la salud.
Se cree que la ingesta de alimentos bajos en sal, es una buena opción para llevar una vida saludable. La sal puede mejorar el sabor de ciertos alimentos, sin embargo, el aumento de las cantidades de ésta en nuestro organismo, puede promover el desarrollo de algunas enfermedades, y dañar distintas partes de nuestro cuerpo. A pesar de ser necesaria para el correcto funcionamiento de nuestro organismo, la sal consumida en exceso es una de las principales causas de la hipertensión arterial y de otras enfermedades.
Un exceso de sal no se puede eliminar por los riñones, por lo que se acumula en la sangre, atrayendo el agua e incrementa el volumen sanguíneo circulante. Esto provoca que el corazón necesite trabajar más fuerte para mover la sangre, elevando la presión, y desencadenándose la hipertensión arterial.
Los investigadores han descubierto una relación entre la sal de dieta y la presión arterial alta, en algunas personas y grupos de la población. Julieta Ponce, nutrióloga del Centro de Orientación Alimentaria (COA), señala que a lo que se refieren entidades como la Organización Mundial de la Salud (OMS), es que el consumo de sodio debe ser moderado para evitar, especialmente, problemas de hipertensión. Del mismo modo, detalla que el sodio es un electrolito indispensable en el cuerpo humano, para equilibrar los líquidos, y a su vez, la presión arterial, pero cuando está hay exceso, bloquea el libre paso del flujo sanguíneo.
Ponce advierte: “Si quita la sal de la mesa, sólo está impactando del 10 al 15% del consumo total; pero si elimina los alimentos industrializados, estará borrando de su dieta el 75% del sodio”.
Los alimentos que contienen más sodio son los precocidos, ya que, además de que el sodio es un buen conservante, no deja que las bacterias se reproduzcan. Esa misma labor la cumple en los embutidos y enlatados, por lo que no es conveniente consumirlos de manera continua.
Asimismo, es aconsejable eliminar los consomés en polvo que se agregan a sopas y guisos, ya que de esta manera se reduce el riesgo de desarrollar hipertensión. Consuma pollo, pescado y carne magra, en vez de enlatados o ahumados. Incorpore las frutas y las verduras sin sal a su dieta.
El hábito de usar sal adicional es adquirido. De esa manera, sirva en su mesa alimentos bajos en sal tanto como sea posible. En la cocina, minimice la cantidad de sal que agrega a los alimentos durante su preparación, usando hierbas, especias o jugo de limón en su lugar. Además, retire el salero de la mesa del comedor, o por lo menos, limite su uso por parte de su familia.
Emprender una vida sana requiere de modificar hábitos alimenticios. No se puede vivir sin sal, pero sí puede regularla. ¡Si quieres, puedes! ¡Sólo tienes que empezar!
He tomado en cuenta estas recomendaciones para el bienestar de mi familia, esperaré nuevas publicaciones.
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Este artículo me ayudó mucho en moderar el consumo de la sal en mi familia, muy agradecida.
Me fascinó el artículo. Es bueno estar documentado sobre el tema de la salud.
Este tema de salud es muy importante para los lectores, soy hipertensa, no dudaré en poner en práctica sus consejos ¡Gracias!