¿Qué debemos saber acerca de los probióticos y prebióticos? Es importante que se tome en cuenta primeramente, que se trata de dos alternativas diferentes que no deben confundirse, debido a que los primeros son suplementos o alimentos que poseen microorganismos vivos; utilizados con la fin de mejorar o mantener las bacterias, llamadas “buenas”, que representan la microbiota normal del organismo; mientras que los segundos (prebióticos), actúan como nutrientes para mantener la microbiota humana, y se consideran alimentos con un elevado contenido de fibra.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), considera que los probióticos deben administrarse en cantidades adecuadas; y de esta manera, se pueden obtener beneficios para la salud de quien, sirve de huésped a los microorganismos vivos.
Al respecto, el especialista en Endocrinología y Nutrición del Hospital Regional Universitario de Málaga en España, el Doctor Gabriel Olveira, afirma que existen varias maneras de administrar estos productos, la principal es la vía oral, pero, también puede hacerse por vía vaginal, cuando se pretende, por ejemplo, mejorar la candidiasis, infección producida por la Candida albicans. Otros microorganismos vivos como el Saccharomyces boulardii, son usados con frecuencia para prevenir la diarrea cuando se toman antibióticos, con el objetivo de repoblar la flora bacteriana presente en los intestinos.
Según algunas investigaciones científicas llevadas a cabo en IBIMA (Instituto de Investigación Biomédica de Málaga), en los estudios o ensayos clínicos sobre probióticos; es fundamental proveer a los microorganismos que los componen, las condiciones óptimas para que mantengan su vitalidad. En el caso de productos lácteos fermentados; el mantenimiento de la cadena de frío es básico, para poder almacenarlos y administrarlos de la manera más adecuada, y garantizar a las personas que los consuman su salud.
También debe destacarse que cuando se utilizan probióticos, es importante haber seleccionado una o varias cepas específicas; para luego administrarlas en un momento dado y en una cantidad determinada, con el fin de que puedan producirse los efectos esperados. Algo que solamente se puede lograr mediante los estudios clínicos o por prescripciones médicas en situaciones específicas y particulares.
Es así como, mediante los estudios realizados con probióticos; se han analizado de manera clínica y científica, la utilización de estos suplementos o alimentos en el manejo de distintas patologías, como por ejemplo; la diarrea que se produce por el consumo de antibióticos, que se deriva de la acción de bacterias muy virulentas, como por ejemplo, la clostridium difficile; que se ha manifestado con mayor frecuencia en aquellos pacientes de edad avanzada, o con patologías muy complicadas, que requieren de condiciones especiales de hospitalización.
Además, se han venido realizando estudios, que buscan demostrar la utilidad de estos alimentos, en el tratamiento para disminuir los casos de infecciones en los pacientes que se encuentran hospitalizados en cuidados intensivos; donde sus condiciones son muy específicas y especiales. También existen estudios clínicos que analizan su aplicación en el tratamiento de la osteoporosis.
En cuanto a los prebióticos; como se dijo anteriormente, éstos no son organismos vivos; sino un tipo de fibra no digerible, que favorece el crecimiento de una clase específica de bacterias del colon. Algo que trae muchos beneficios para la salud, por lo que es recomendable que, al seguir una dieta sana, se procure incluir alimentos con algunos prebióticos, que se pueden obtener de alimentos como las cebollas, legumbres como las lentejas y los vegetales.
Los prebióticos, han sido muy usados tanto para el tratamiento de la diarrea, como para el estreñimiento. Existiendo además, algunos estudios mediante los cuales se analizan los posibles efectos positivos de éstos, en el proceso preventivo de patologías frecuentes en millones de personas en el mundo, como lo son la obesidad y la diabetes. Ya que éstos actúan cuando se encuentra alterados los metabolismos de la glucosa y la insulina.
Otro de las cosas que debe saber usted, es que se considera que la utilización de prebióticos es más segura que la de los probióticos, debido a que éstos últimos, pueden resultar contraproducentes para algunas personas inmunodeprimidas o pacientes hospitalizados; quienes pudiesen ser víctimas de infecciones, por el ataque de estas bacterias o microorganismos vivos presentes en los probióticos. De manera tal, que, en estos casos deben emplearse a través de ensayos clínicos en condiciones y de manera controlada.
En este sentido, los prebióticos resultan más seguros; porque son fibras que no requieren condiciones tan estrictas para su conservación, además de que su forma de obtención es más fácil. Sin embargo, al igual que en los probióticos, la dosis y el momento en que se usan los prebióticos, son factores fundamentales para que funcionen correctamente de manera efectiva.
El consumo de los probióticos depende mucho de la cultura gastronómica de cada país, por ejemplo, en Alemania se acostumbra consumir el chucrut; mientras que en Asia, es más común el consumo de los derivados fermentados de la soja; y en España, se consumen por lo general, a través de algunos encurtidos, elaborados con berenjenas, pepinillos o aceitunas. Pero, a pesar de que pueden contener los microorganismos vivos, no existe un consenso científico que permita que sean considerados como alimentos probióticos.
Este artículo es informativo y no pretende servir de diagnóstico, prescripción o tratamiento de cualquier tipo de dolencia. Esta información no sustituye la consulta de un médico, especialista o profesional de la salud.
ALFA