Praga, una asombrosa ciudad cultural que cuenta con patrimonio, belleza y muchos atributos que la colocan entre los destinos turísticos más concurridos al poder reunir, como capital de República Checa, un vasto repertorio de monumentos históricos y espacios bellamente diseñados para hacerla realmente una maravilla digna de admirar.
Ubicada a las orillas del río Moldava, esta hermosa ciudad de puentes y obras arquitectónicas, también conocida como “La Ciudad de las cien Torres” o “La Ciudad Dorada”, es un completo disfrute para los sentidos de cualquier viajero. Su casco histórico pasó a ser Patrimonio de la Humanidad por declaración de la Unesco desde 1992, ¿Y cómo no serlo? Si esta joya ubicada en el corazón de la Europa occidental se ha posicionado entre las 20 ciudades más visitadas de todo el mundo.
Por ser un centro cultural y político importante desde el siglo IX, es considerada como una de las capitales más influyentes en Europa a lo largo de los siglos XVIII y XIX. Praga cuenta con un nutrido patrimonio a lo largo de su extensión, con un peculiar ambiente medieval típico de la región de Bohemia, que ha sobrevivido a lo más crudo de las dos guerras mundiales, junto a la dictadura nazi, tras la que quedó en dominio soviético hasta la Revolución de terciopelo y la caída del Muro de Berlín.
Por sí misma, la ciudad es un museo enorme difícil de recorrer en poco tiempo, por lo que se necesitan varios días para poder disfrutar sus atracciones entre las que se encuentran varias referencias clásicas de la Europa central. Conozcamos algunas de ellas:
El Castillo de Praga: Este no fue construido con la típica apariencia de una fortificación, sino con un diseño de palacio, con torres y edificios que lo convierten en el castillo más grande del mundo. Alrededor de este inició el crecimiento de la ciudad y actualmente es la residencia del presidente de la República Checa.
Torre de la Pólvora: Esta forma parte del Castillo de Praga pero destaca por sobre las otras edificaciones que le conforman, por haber sido construida en el siglo XV para fortificar el castillo, convirtiéndose luego en su almacén de pólvora que terminó siendo el laboratorio de los alquimistas del Rey Rodolfo II.
Reloj Astronómico de Praga: Esta maravilla del diseño, es el reloj medieval más famoso del mundo. Construido en 1410 por Hanus, un maestro relojero y posteriormente perfeccionado por Jan Taborsky ya en el siglo XVI.
Jardín Vrtba: Un espacio verde digno de una ciudad de cuentos de hada. Este pequeño jardín barroco es una joya por sus estatuas y esculturas perfectamente distribuidas entre la vegetación ornamental.
Así pues, no puede quedar duda de que esta asombrosa metrópoli ha mantenido su encanto y grandeza con el paso de los siglos sin perder su brillo, por lo que debe ser una parada obligada en el destino de cualquier viajero de la región de Bohemia, porque Praga posee muy bien merecido su título de “Ciudad Dorada”.
ALFA