Fotografiarse en la torre inclinada de Pisa es uno de los objetivos frecuentes entre quienes visitan la famosa ciudad italiana, ubicada en la provincia de Toscana. Sin duda, la peculiaridad del lugar es digna de admiración; sus calles llenas de arte, historia y folclor son el plan perfecto para el viajero que busca disfrutar de un destino hermoso e íntimo.
Pues bien, uno de los iconos más grandes de Pisa es el Campanario del Duomo, conocido como la torre de Pisa, es el lugar más frecuentado en la ciudad y está ubicado en la Plaza de los Milagros, al lado de Baptisterio, dedicado a Juan Bautista y del Camposanto. Sin embargo, a pesar de que esta impresionante edificación no puede pasar desapercibida, este lugar tiene muchos sitios fascinantes que deslumbran al turista más exigente.
Pisa se caracteriza por sus construcciones imponentes al estilo medieval que reflejan el pasado religioso e intelectual de la ciudad. En el barrio de San Francisco confluyen muchas iglesias de la ciudad, cada una con un encanto especial. Por su parte, en la Plaza de los Caballeros es posible admirar otras obras reconocidas a nivel mundial como el Palacio del Reloj y el Palacio de la Sapienza, uno de los ateneos universitarios más famosos de Italia.
Muchas de las construcciones antiguas de la ciudad fueron edificadas en mármol blanco; el solo contraste de esos edificios con el verde de las praderas de Pisa es uno de los paisajes más memorables durante la época de verano.
Gracias a su ubicación en la llanura del río Arno, Pisa cuenta con unas vistas privilegiadas de las que suelen disfrutar los locales y visitantes del lugar. En la temporada de vacaciones es común ver los «minicruceros» llenos de pasajeros que pasean por sus aguas y admiran la ciudad desde allí y al final disfrutan de una parada en el Parque de San Rossore, un sitio para realizar actividades al aire libre y que funciona como hipódromo, desde octubre hasta marzo.
Como buena ciudad italiana, Pisa ofrece a sus visitantes una gastronomía típica que se caracteriza por platos a base de pescados acompañados de buen vino, que se pueden disfrutar en las diferentes “trattorias” de la ciudad. Las compras en mercados al aire libre o en las tiendas de la ciudad también son un placer del que se puede disfrutar, andado entre las calles de los barrios Borgo Stretto y Borgo Largo; en ambos lugares están las mejores tiendas de ropa, joyas y artesanías, para llevar como recuerdo de esta ciudad italiana.
Los amantes del sol y la playa también pueden disfrutar de este placer durante la época de verano en Pisa. Gracias a su ubicación, es muy sencillo visitar la costa y en especial la Marina di Pisa, una playa concurrida por los lugareños en busca de diversión, actividades acuáticas, pero sobre todo, de los manjares exquisitos que se sirven en los restaurantes de los balnearios.
Pisa es una de las joyas de Toscana a la que siempre es grato volver. Conocer su afamado ícono, disfrutar de sus calles medievales y de su gastronomía es un plan sin igual, para los turistas que acuden a este paraíso en Europa.
ALFA