Nada más delicioso y placentero que un masaje relajante después de tanto trabajo, quehaceres del hogar, preocupaciones y problemas que finalmente lo que generan son tensiones y estrés; logrando así un desequilibrio en la salud mental y por supuesto corporal, sin embargo, no nos referimos a cualquier masaje; sino a los famosos “masajes con piedras calientes”. Seguramente ha escuchado hablar de ellos, pero no ha tenido tiempo de poder disfrutarlos o sencillamente aún no se anima porque no sabe en qué consisten; aquí le explicaremos sus beneficios.
Estas gemas incrementan la circulación y el metabolismo celular, son piedras basálticas, suaves y lisas; las más oscuras contienen mayor cantidad de hierro, lo que ayuda a retener el calor por más tiempo. Para ser usadas en los masajes son calentadas en agua a una temperatura de 120 grados Fahrenheit aproximadamente.
Normalmente, son colocadas a lo largo de la columna para activar los puntos de chakras provocando un efecto relajante. La calidez de las piedras llegará a sus músculos y le aliviará cualquier dolor existente. Además, la desintoxicará eliminando las toxinas del cuerpo, ayudándola a controlar el insomnio y facilitándole conciliar el sueño. ¡Se sentirá en las nubes!
También se ubican entre los dedos de los pies, manos y rostro, justo en los puntos de acupresión; estos son claves en el cuerpo porque emiten un flujo de energía y originan el proceso de autosanación del organismo con su cualidad desinflamatoria.
Realmente es una técnica milenaria para su bienestar, una práctica que le hará olvidar esos problemas que la tienen fuera de control; pues la combinación del calor con el poder magnético de las rocas ofrece energía positiva, oxigenación en la piel, revitalización y relajación del cuerpo y la mente.
¡Adiós a los dolores menstruales! Otro de los beneficios que aportan estos masajes con piedras calientes es disminuir esos tediosos dolores que llegan mensualmente en el vientre de la mujer; los terapeutas recomiendan combinar piedras calientes y frías como el mármol para aliviar esta molestia.
En ocasiones estos masajes tienden a tener contraindicaciones en mujeres que padecen de presión alta, problemas con los riñones, osteoporosis, esclerosis, anorexia o diabetes; así como también en mujeres embarazadas o con alguna herida abierta. Tome en consideración que las personas experimentan un poco de deshidratación durante y después de esta terapia, por lo tanto se recomienda ingerir abundante agua.
Todo este tratamiento se concluye con un masaje relajante convencional, combinado con cremas y aceites aromáticos que suman los beneficios de las piedras calientes. Generalmente la sesión tiene una duración de una a dos horas.
Definitivamente una gran alternativa para aquellas que sufren de estrés, mala circulación, artritis, ansiedad, dolores musculares, depresión e insomnio. Entre en armonía con su cuerpo, disponga de un par de horas de su tiempo y notará resultados realmente impresionantes. ¡Anímese y relájese con un masaje de piedras calientes!
ALFA