Usada desde tiempos remotos, la piedra de alumbre fue uno de los primeros productos cosméticos descubiertos por el hombre, llegando incluso a ser una parte indispensable dentro de ancestrales rituales de belleza, realizados en el medio oriente. Aunque su uso estuvo olvidado por un tiempo, dado el surgimiento de la cosmética natural y la creciente demanda de sus productos, actualmente son muchas las personas que comienzan a conocerla y difundir sus bondades.
A este mineral de origen volcánico, compuesto en principalmente por potasio y aluminio, se le atribuyen diversas propiedades, entre ellas: como antibacteriano, astringente, antiinflamatorio y cicatrizante. Por lo cual, suele ser usado luego de la depilación o el afeitando, sobre todo porque ayuda a prevenir irritaciones e infecciones, evitando la aparición de heridas y minimizando el sangrado; además de ello, se le usa para el alivio de las molestias causadas por las picaduras de mosquitos e inclusive como tratamiento del acné, ya que ayuda a secar los granitos en la piel.
Sin embargo, su principal propiedad y tal vez, el uso más conocido de la piedra de alumbre, es como desodorante, pues combate el olor que provocan las bacterias del sudor. Algo que le ha convertido en una alternativa a los desodorantes comerciales, para controlar la transpiración y el mal olor, con la diferencia de que no contiene componentes químicos o tóxicos como el clorhidrato de aluminio, que además de obstruir los poros de la piel, según la FDA está asociado a irritaciones y se sospecha que también sea responsable del crecimiento de células cancerígenas y el Alzhéimer.
Si bien el alumbre es un mineral 100% natural, que podemos encontrar en polvo y piedra pulida o en bruto, no obstante, es un elemento no muy abundante en la naturaleza, por lo que algunas empresas crean en laboratorios una versión sintética conocida como “Ammonium Alum” o alumbre de amonio, la cual es usada en la industria cosmética y se cree que, contiene moléculas más pequeñas, así como un porcentaje mayor de aluminio capaces no solamente de obstruir los poros, sino también penetrar la piel hasta llegar al torrente sanguíneo, acumulándose en el cerebro. Caso contrario a su contraparte natural (Potasium Alum), que por el tamaño de las moléculas, se supone que esto no ocurre.
A pesar de estas diferencias entre uno u otro tipo, hasta el momento no hay estudios concluyentes, que demuestren que el alumbre sintético sea nocivo para los seres humanos ó que el alumbre natural tampoco lo sea, aunque hay quienes cuestionan su uso al contener aluminio en su composición.
Lo que sí es seguro, es que pese a estar compuesto por aluminio, el alumbre natural tiene un porcentaje mucho menor al encontrado en los desodorantes comerciales y el alumbre sintético. Además de ello, hay que tener en cuenta, que según un estudio realizado por la universidad estatal de Pensilvania la proporción aluminio que capta el organismo al usar desodorantes, representa aproximadamente el 2,5% de lo que podemos asimilar diariamente proveniente de los alimentos y el agua. Conociendo estos datos, le preguntamos ¿usaría usted la piedra de alumbre?
Yo la usaría por encima de la versión sintética.