Las perlas negras provienen de los mares del Sur, son joyas muy raras y cotizadas; encontrándose en la Polinesia Francesa, entre Australia y Sudamérica, en el Sur del Pacífico. En Nueva Zelanda en la década de los 70’, se comenzó a cultivar esta rara espécimen; pero en la actualidad son decenas de granjas perlíferas dedicadas a esa actividad.
Precisamente por entender la procedencia natural de las mismas, ya que nacen de las ostras madres; cuando entra un cuerpo extraño en ellas, se procede a su cultivación para garantizar su continuidad y de esa manera obtener una mayor producción. En el proceso se necesita mucha labor manual y excelentes técnicas; el primer paso es la selección meticulosa de las ostras, se abren con extremo cuidado, practicando un corte muy definido en el interior del tejido; implantándose inmediatamente una cuenta con una pequeña parte de la membrana de una ostra viva; entonces se regresa al medio acuático donde se practica el cultivo, intensificando los cuidados y la higiene.
A medida que pasa el tiempo el núcleo va siendo envuelto por el nácar, una sustancia blanquecina segregada por las perlas. Se espera con mucha paciencia que no rechace el implante; si se llega a un feliz término, se producirá una perla alrededor de un año y medio como mínimo.
La perla negra va pasando por una serie de gamas en su colorido; el blanco nacarado es el primero en manifestarse, luego el negro intenso, después pasa por el rosa, dorado, cobrizo, bronce, verde intenso, berenjena y negro. Su tamaño normal es de ocho a 14 mm y es dificultoso tratar de hallar una perla con una dimensión y forma definida; justamente por eso se les considera realmente únicas.
Las formas más solicitadas en las perlas, son las redondeadas. Los compradores le dan mucha importancia a la uniformidad del color; esta particularidad, permite realizar una venta más fructífera e igualmente las prendas libres de detalles e impurezas se cotizan a elevados precios.
Estas perlas se pueden dañar fácilmente rozando con diferentes prendas y objetos, haciéndose muy frágiles. Se debe mayormente al tipo de dureza que las identifica, siendo desigual a las piedras preciosas; determinadas por componentes más fuertes y sólidos.
El sudor del cuerpo puede causarles daño, haciendo un efecto parecido a un ácido. Asimismo, ciertas sustancias como los perfumes y los ingredientes de los cosméticos, originan opacidad y degeneración en el color. En el canal “YouTube” Son “Cootural”, se deleitará con un recorrido por una granja de cultivos de perla.
Generalmente, se emplea una perla única para incrustarla en anillos, pendientes, cadenas; sin embargo existen joyas con diferentes perlas, pero con proporciones diferentes en cada una de ellas. Las perlas negras con su misteriosa belleza, son joyas inigualables. Hermosura sin igual de las aguas que acobijan el lecho donde se atesora todo el nácar maravilloso de su creación. Dios es perfecto, y lo demuestra a través de diminutas joyas de la madre naturaleza.
ALFA