Cuando usted es ofendido, le hicieron algún daño, ocasionándole dolor, pena y decepción o es usted el que lo hace, se convierte en víctima o victimario, entonces surge una posible acción llamada perdón, un proceso difícil de digerir para muchos porque no todos sabemos perdonar, cabe hacer una reflexión sobre si perdonar es una acción reparadora para el alma; hay una frase de la Madre Teresa de Calculta que reza “El perdón es una decisión, no un sentimiento, porque cuando perdonamos no sentimos más la ofensa, no sentimos más rencor. Perdona, que perdonando tendrás paz en tu alma y la tendrá el que te ofendió”.
El ser humano puede reaccionar ante aquel que le hace daño de una forma violenta y agresiva o por el contrario decide aislarla para más nunca verla; pero siempre surgirán los sentimientos negativos, como el rencor, la venganza, el resentimiento, la desesperación, un profundo dolor y tristeza, son estas emociones las que le restarán energía, creando dudas y paralizando su crecimiento en la vida. Nelson Mandela estuvo en prisión injustamente por defender sus ideales de libertad, a pesar de haber vivido esa terrible experiencia, dijo, “El perdón libera el alma, elimina el miedo. Por eso es una herramienta tan poderosa”.
El doctor en psicología Walter Siso, autor de varios libros, señala cuatro caminos que considera los más importantes para llegar a perdonar y librarnos internamente; “El camino del amor”, señala que la fuerza del amor hace que todo se perdone, sentencia que el perdón sobra cuando el amor es profundo y honesto ¿Qué no le perdonaríamos a nuestros hijos?, La respuesta es: le perdonaría todo, ¿Cómo odiar a un hijo?
“El camino de la comprensión”, reflexionar sobre lo acontecido, sugiere ponerse en los zapatos del otro y así encontrar alguna explicación o justificación para conseguir una luz que ilumine sus pasos, menciona que entender empáticamente al prójimo facilita el perdón. No hablo de “justificación” sino de discernimiento. A veces es un regalo que le haces al otro.
“El camino del desgaste”, se refiere a la energía que implica odiar a una persona, querer vengarse de ella, sentir rencor y no permitirse vivir plenamente, a lo que dice: La frase liberadora es como sigue: “Me cansé de odiar”. Dejar el rencor por mera supervivencia: “Odiarte me quita energía vital: me cansé de sufrir”. Es un regalo que uno se hace a sí mismo para mejorar su calidad de vida.
“El camino de la comparación”, aquí hace una invitación a la introspección para preguntarse “¿Cómo no perdonarte, si yo en tu lugar hubiera hecho lo mismo?”. Cuando descubrimos que en la situación del otro hubiéramos actuado igual o de manera semejante, el rencor empieza a tambalear.
Haga el intento y despójese de esos sentimientos negativos, permítase perdonar las faltas en su entorno sentimental, familiar, de amistad y laboral, recuerde que mientras más se aleje del perdón, más grandes serán las heridas.
ALFA