Para toda mujer vestir es más que un hábito que forma parte de la rutina. Esta faena representa el momento en el que elegimos la forma cómo queremos mostrarnos al mundo, teniendo en cuenta que nuestro arreglo dice mucho de nosotras por dentro y por fuera. Sin embargo, hay días en los que no hacemos las mejores apuestas y terminamos siendo víctimas de los peores errores al vestir que una mujer puede cometer.
Bien sea por desconocimiento o por forzarnos a llevar una tendencia cometemos grandes fallas al vestirnos, pero para evitar aquella ropa que nos hace deslucir y resaltar lo peor de nosotras existen ciertas reglas básicas que repasaremos a continuación:
Talla incorrecta: la talla incorrecta es uno de los peores errores que se comenten al vestir, sobre todo cuando esta es más pequeña. La ropa muy ajustada hace que el cuerpo luzca desproporcionado y que se muestren excesos en nuestro abdomen o pecho, o peor aún nos obliga a estar todo el día atándonos el botón de la camisa o pantalón que piden a gritos estar en el cuerpo adecuado. Más que un error estético, este error también puede afectar nuestra circulación.
Dejar a la vista la ropa interior: ¡No por favor! Más que un error al vestir, este podría ser considerado un error de sentido común. Nuestra ropa no debe marcarse, transparentarse y mucho menos verse. Es un total gesto de vulgaridad y no nos hace ver atractivas. Lo ideal es escogerla pensando en lo que vamos a vestir; si vamos a usar un pantalón blanco o una blusa blanca lo mejor es buscar ropa interior color piel y no el blanco al que estamos acostumbradas o peor aún, arriesgarnos con una prenda negra.
Exagerar con los accesorios: los accesorios son complementos de nuestro look y no debemos ser el centro de atención por llevar demasiados. Lo ideal cuando usamos accesorios es darle protagonismo a una prenda que nos haga lucir arregladas y elegantes. Al terminar nuestro arreglo es importante evaluar si vale la pena llevar ese cinturón con ese collar enorme o si por nuestro bien, vale la pena preferir uno de los dos.
No tener claro un estilo: si no tenemos claro nuestro estilo, perderemos mucho tiempo experimentando con ropa que no nos hace sentir cómodas o no nos favorece. Cuando identificamos con qué tipo de piezas nos sentirnos y vemos mejor, todo será más fácil a la hora de escoger un “outfit”.
Usar tacones demasiado altos: Belleza y estilo van de la mano con comodidad. Así que si no dominamos unos tacones demasiado altos es mejor no utilizarlos. Ninguna chica se ve radiante con un caminar torcido y cara de molestia durante todo el día.
Sentirnos bien con lo que llevamos es lo más importante, pero no nos hace daño vernos una vez más al espejo antes de salir de casa, ser sinceras con nosotras mismas y no temer a hacer cambios para mejor y con ello evitar caer en los peores errores al vestir. Después de todo, como decía la diseñadora Coco Channel: no hay mujer fea sino mal arreglada.
ALFA