La utilización de juguetes sexuales para incrementar la satisfacción sexual se ha ido incrementando progresivamente, aunque todavía hay personas que lo ven como un tema tabú. Nos enfocaremos en la historia de los consoladores y vibradores, como una pieza de auto satisfacción, o para aumentar el placer al tener relaciones íntimas.
El consolador o dildo, es un objeto con forma fálica, que sirve para la penetración que no produce vibración alguna. Sus orígenes datan de la era antigua, miles de años antes de Cristo, donde la necesidad sexual al igual que hoy en día también formaba parte de la vida diaria, tanto como comer o bañarse.
En Alemania, científicos hicieron un hallazgo de una piedra en forma de falo de 20 centímetros, esculpido en piedra y perfectamente pulido, con 28 mil años de antigüedad, se cree que era utilizado como juguete erótico en la era glaciar.
Existen piezas arqueológicas y escrituras alusivas al miembro viril en civilizaciones griegas, egipcias, chinas y romanas y los materiales utilizados para su fabricación eran la madera, piedra, jade, brea y marfil. Dicen que la emperatriz Cleopatra poseía un consolador de oro macizo, que le había sido regalado por Julio César. Existe un artículo muy peculiar, llamado doble falo de Gorge d’Enfer, esculpido en piedra, fue hallado en una cueva de donde deriva su nombre en Francia, esculpida en piedra, su forma es de dos penes unidos en forma de V con relieves, con aproximadamente 13.000 años de antigüedad del cual se presume que es uno de los primeros objetos sexuales de uso lésbico.
Aunque usted no lo crea, el primer vibrador nace con fines terapéuticos. Para los médicos existía una enfermedad que aquejaba a un gran número de mujeres llamada Histeria, que ya había sido mencionada en siglos anteriores por Platón, Hipócrates y ampliamente descrita por Galeno, un médico que decía que la histeria provenía de la privación sexual y afectaba a mujeres viudas, vírgenes, solteras y en ocasiones casadas.
El remedio en esa época era si estaba soltera, casarse; si estaba casada tener coito con su pareja; y cómo último recurso acudir a una comadrona para que esta le aplicara un masaje en su vagina. En el siglo XIX los padres y maridos llevaban a sus hijas y esposas para que los médicos aplicaran masajes en el clítoris, siendo extenuante esta labor, se idearon otros sistemas, como el rocío de agua a presión en el área vaginal y un aparato que funcionaba con vapor, generando movimiento propio en el consolador.
Con la aparición de la electricidad se crea el primer vibrador, donde la paciente se acostaba en un diván y el doctor introducía el vibrador en la vagina de la mujer, activando el mecanismo del aparato para provocar un orgasmo en aproximadamente 10 minutos y la mujer recuperara la cordura. A principios del siglo XX la histeria femenina declinó en su diagnóstico. Luego, con la invención del motor eléctrico aparece el primer vibrador eléctrico doméstico.
ALFA