Jueves, 14 de enero de 2015. El portal de la BBC de Londres, se estremeció con una terrible noticia que anuncia un nuevo escándalo sexual que involucra al Vaticano. En esta ocasión, específicamente a un hermano del Papa Benedicto XVI, quien durante años dirigió el coro de niños de la ciudad de Ratisbona, ubicada en Baviera, Alemania.
Georg Ratzinger, hermano del Pontífice; está siendo acusado por el abogado alemán Ulrich Ueber, de ser cómplice de terribles delitos, como presuntos malos tratos y abusos de todo tipo, incluidos los sexuales en contra de los niños integrantes de la mencionada coral que dirigió por unos 30 años.
El abogado, mostró documentos de un total de 231 casos, fundamentados en testimonios y pruebas de sus víctimas y familiares. Actualmente, frente al coro llamado “Regensburger Domsplatzen” está otro director, quien fue el solicitante de la exhaustiva investigación.
Los documentos muestran pruebas que culpan a Ratzinger de estar previsiblemente involucrado como testigo y cómplice de estas terribles acusaciones, de hechos que ocurrirían en el seno de la coral y de la escuela adjunta, durante los años de 1953 y 1992. Para sorpresa y horror de sus testigos, los delitos demuestran que los niños fueron sometidos a palizas, golpes y privación de alimentos.
Igualmente, agregó que de los 231 casos expuestos, al menos 40, están relacionados con actos lascivos, sadismo y hasta violaciones. Todo vinculado a situaciones sexuales oprobiosas, que deben generar según los juristas, todo el peso de la ley sobre sus culpables.
Ante las denuncias, sectores han atacado al Papa Benedicto XVI por considerar que ha venido asumiendo una posición demasiado ligera en torno a la gravedad de estos casos revelados en reiteradas ocasiones; manifestando su solidaridad hacia los obispos, pero olvidándose, según muchos, de las verdaderas víctimas de abusos sexuales cometidos por miembros de la iglesia.
Representantes de un grupo de asociaciones de sobrevivientes de estas víctimas, exigen que el Vaticano asuma de una buena vez una posición firme y castigue a los representantes de la iglesia; a quienes se les ha comprobado ser culpables de la comisión de estos terribles delitos, en su mayoría sexuales y contra menores de edad.
Inclusive aseguraron, que el castigo debe ser no solo para los autores materiales; sino también para cientos de obispos cómplices de estos delitos al no ser denunciados ni castigados como establece la ley. Presuntamente, este sería el caso de Ratzinger, hermano del Papa; quien jamás denunció los delitos que cometería.
Por otra parte, según arrojaron las investigaciones; Johan Meier, director de la Escuela durante los años 53 y 92, fue acusado de encerrarse en su habitación junto a niños de ocho y nueve años, para darles vino, masturbarse y golpearlos en caso de no acceder a sus peticiones. Hasta ahora, el Vaticano ha creado un Tribunal que conocerá de los casos de pedofilia. Sus víctimas solo esperan justicia.
ALFA