La alimentación balanceada en los niños es fundamental para su adecuado crecimiento físico y desarrollo intelectual. Un niño sano y fuerte se forma gracias a la adecuada integración de varios grupos alimenticios a su dieta. Este es el ideal de toda madre y padre. No obstante, en ocasiones, lo que fácil parece resulta ser todo un reto. A continuación, conocerá los consejos básicos a seguir para que su hijo adopte todos los requerimientos alimenticios, y sin “morir” en el intento.
El primer paso que debe dar es diagnosticar el nivel adecuado de alimentación que lleva en su hogar, e incluso, en el colegio. La nutricionista, Mariana Henríquez señala que la dieta básica de un niño debe dividirse en cuatro comidas al día: desayuno, almuerzo, merienda y cena, siendo estricto en cuanto a las horas respectivas de sentarse a la mesa en familia, pues así evitar que quieran comer a deshoras.
Conforme a los componentes de la dieta balanceada, un niño debe consumir a diario 3 alimentos lácteos bajos en grasas, 2 platos de verduras, 3 frutas. Durante la semana, integre 2 platos con legumbres, los cuales puede alternar con 2 platos de productos del mar, como el pescado. Esto sin olvidar el requerimiento de macronutrientes que también amerita, tal como los son las proteínas, las grasas saludables, y los carbohidratos integrales.
Los alimentos a evitar son las frituras. Si bien un niño resulta amante de este tipo de comidas, Henríquez afirma que un padre responsable evita cocinar con la menor cantidad de aceite posible, dejando aquellos alimentos que deben freírse para una o dos ocasiones como máximo al mes. La sal y el azúcar son otras reducciones que deben hacerse a la comida, a fin de prevenir enfermedades como la obesidad.
Sobre los consejos, es necesario dar paso a la creatividad gastronómica. Juegue con los colores, los cortes y las texturas, busque el lado lúdico en la presentación de cada comida, debido a que un platillo poco atractivo tiene menos tendencia a ser degustado por los más pequeños del hogar.
No puede dejar de lado que la paciencia, la constancia, y el tiempo serán sus primeros aliados al momento de querer cambiar los hábitos alimenticios de los niños. Cada semana puede introducir platillos saludables que resultan nuevos para los comensales. Luego, con cada logro, puede incrementar el número de fuentes sanas de nutrientes, y verá cómo en cuestión de tiempo, el cambio necesario finalmente se verá afianzado.
Un consejo fundamental que debe saber es que los niños imitan las acciones de sus padres, por lo que el ejemplo de una alimentación balanceada debe iniciar en usted. La especialista, Mary Gavin, asegura que “la mejor forma de enseñar buenos hábitos alimentarios a su hijo es comiendo bien. Tome tentempiés nutritivos, coma en la mesa y no se salte comidas. Recuerde, sus hijos hacen lo que hacen sus padres. Sea un buen ejemplo para su hijo comiendo de forma saludable.”
ALFA