Cada vez se suman más jóvenes a la práctica del slackline, dando una muestra de equilibrio y coordinación perfecta para mantenerse incorporado a ella, practicando figuras que causan admiración y deseos de participar.

Es necesario tener ciertas consideraciones antes de comenzar a practicar slackline; primero saber cómo colocar las cintas, al hacerlo preferiblemente que sean árboles de raíces profundas o columnas resistentes.

La cinta de nylon debe ser de aproximadamente cerca de 5 cm de ancho, un torniquete para la tensión de la cinta y dos manijas para cerrar y fijar; es conveniente practicarlo en la playa o en parques ya que así las caídas estarán amortizadas por la arena o la hierba.

La altura a colocarla cuando se es principiante, no debe ser muy alta, quizás 30 centímetros de distancia con respecto al suelo y si fuera posible, tener a alguien que le  ayude en caso de pérdida de equilibrio, recuerde que estará como en la cuerda floja pero sin la vara que usan en ella.

Para subir a la cinta, coloque el pie completo sobre ella, mantenga las rodillas ligeramente flexionadas y los brazos abiertos con la palma hacia arriba para conseguir estabilidad.

La mitad del éxito es el equilibrio y en vista que el objetivo es no caer de la cinta pequeña y oscilatoria, el equilibrio se trabaja siempre, también, con esto se consigue que los músculos responsables sean fortalecidos ya que la cinta obliga a hacerlo para no caer.

La musculatura profunda que es la responsable por la estabilidad es trabajada, corrige la postura del cuerpo, fortalece el abdomen, las piernas desde el pie a las rodillas, la tibia, cuádriceps y el resto de los músculos, además reciben estímulos de fuerza, resistencia y vibración causados por la oscilación de la cinta.

No le hace daño a las articulaciones, lo ideal es estar parado con sólo una de las piernas sobre la cinta mientras gana fuerza; previene lesiones al fortalecer la musculatura profunda, pues quedan más protegidos los tendones y ligamentos

Debe concentrarse al 100% durante la práctica del slackline enfocándose en un punto fijo; la autoconfianza queda más protegida mientras supera desafíos sobre la cuerda, ya sea en altura, hacer otros movimientos, etc.

Disminuye el estrés ya que al concentrarse en el ejercicio, olvida el resto de las cosas pues sólo se dedica a la ejecución del movimiento; además, el hecho de practicarlo en la playa, es un factor de bienestar per se.

Por el tipo de cinta que se trata, progresivamente tratará de avanzar su práctica y realizará saltos, flips y movimientos más dinámicos, los más avanzados realizan posturas de yoga o acrobáticas, lo que permite distintas modalidades de entrenamiento.

Las mujeres dado que son más flexibles, tienen mayor capacidad para demostrar sus aptitudes sobre la línea, también la tonicidad que le den a su cuerpo se verá muy superior y definitivamente, en la playa, con bronceador, risas, diversión y en bikini, tenga la seguridad que serán muchos los dispuestos a ayudarla a practicar este deporte juvenil.

ALFA