Ser amigable con la madre Tierra y seguir siendo chic. La moda sostenible es una tendencia que respeta al medio ambiente, que ha tomado un gran auge por sus políticas ambientalistas y de responsabilidad social. Esta filosofía del diseño va más allá del uso de fibras naturales, o del emprendimiento por hacer un mundo mejor. Diferentes casas de moda ya han dado el respaldo necesario, para potenciar la moda sostenible, y agregarla como una corriente más del buen vestir.
La moda sostenible se valora por la huella de carbono que deja cada prenda en el planeta. Este factor se mide de acuerdo al impacto ambiental y social que tiene elaborar ese producto, así como la factibilidad que puede tener durante el tiempo de vida que se le estime a esa prenda.
La huella de carbono no es un factor de propio de la moda sostenible, pues su aplicación abarca otras áreas industriales como son la alimentación, la construcción, y el desarrollo personal de cada ser humano. Ideado por el ingeniero, Jean-Marc Jancovici, la huella de carbono, en general, permite calcular la incidencia de cada acción realizada en la emisión de gases de invernaderos.}
En mayo de 2007 fue cuando se registró el inicio de la moda sostenible como una tendencia que se pautaba para varias temporadas. Los primeros pasos de este movimiento se dio luego que diseñadores otorgaran partes de sus ganancias a iniciativas de desarrollo social. Posteriormente, el auge del ambientalismo permitió que cambiaran, tanto los materiales de confección, como los métodos de producción de prendas.
A partir de este momento, el algodón orgánico, la seda, el cáñamo, e incluso el bambú lograron posicionarse como los materiales que respetan el ambiente. En el primer caso, el algodón orgánico surge luego de 3 años de producción, la cual es libre de pesticidas y químicos, hasta el punto de los tonos con los que se tiñe el material, usando pinturas que son libres de colorantes químicos.
Con respecto a la seda, viene realizada gracias a la cría de gusanos ‘Bombyx mori’, oriundos del norte de Asia. Al igual que el algodón, el teñido se hace con tonos producidos sin químicos. Mientras, el bambú gana terreno como una de las telas más suaves que se producen sin el uso de pesticidas. A su vez, el cáñamo, tiene una durabilidad bastante considerable, cinco veces más que el mismo algodón, por lo cual resulta sumamente útil al tomarlo en cuenta en el diseño de prendas de vestir.
La moda sostenible es un movimiento que ha logrado expandirse a todo el mundo. Cada vez surgen más organizaciones interesadas en promover el diseño medioambiental, entre ellas, destacan, la Asociación de Moda Sostenible de Barcelona, así como ‘Eco Age’ y ‘Ethical Fasion’. Desde Europa, hasta Asía, e incluso, Latinoamérica, ya cuenta con importantes diseñadores verdes, que han demostrado un gran trabajo, sin la necesidad de arriesgar la estabilidad del único hogar que conoce el ser humano.
ALFA