Hablar de Egipto implica adentrarse en un mar de historias interesantes, llenas de cultura y magia, cuyos matices han ido cambiando a lo largo de etapas que transformaron la vida de sus habitantes durante miles de años. De allí que, deba aclararse que Egipto ha pasado por varias etapas, dentro de las cuales se encuentra el llamado Período Arcaico, que va desde el 3100 al 2686 antes de Cristo, posteriormente el Imperio Antiguo que abarcó unos 500 años (2686 al 2181 antes de Cristo), pasando por la antigüedad clásica, la Edad Media, la Edad Moderna hasta llegar a nuestros días con el llamado Egipto Contemporáneo.
En cada una de estas etapas Egipto ha sido dominado por otros imperios, los cuales han ido incorporando costumbres, hábitos y estilos de vida, como por ejemplo el dominio romano y bizantino durante el período que va desde el año 30 antes de Cristo hasta el año 641 después de Cristo, o la ocupación francesa comprendida entre el año 1798 hasta el año 1801 en la Edad Media o más recientemente la ocupación británica desde 1882 hasta 1953 cuando se convierte en república.
Es interesante conocer de manera resumida datos que ayudan a comprender la mezcla de elementos que van formando una nación, y que explica que la diversidad crea estilos de vida, y su combinación puede dar paso a características peculiares que identifican a un pueblo, una región, un país.
Es conocido por muchos que en el Egipto Antiguo, como en muchos pueblos de esa época, la vestimenta consistía en pocas prendas muy sencillas en un clima cálido que requería de comodidad y frescura. Las telas no eran abundantes en diversidad, utilizándose preferentemente lino y algodón para elaborar sus atuendos, a excepción de las clases pudientes que usaban una fina muselina translúcida que se tejía con el lino.
A pesar de lo convencional y poco cambiante de los atuendos egipcios, tenían un elemento característico como lo fue la seducción, incluso en muchas ocasiones andaban casi desnudos; pero la llegada del imperio romano como dominador de los egipcios introdujeron cambios que poco a poco dieron más color y variedad a las vestimentas.
Durante los treinta siglos de la existencia como pueblo, los egipcios cambiaron muy poco sus vestimentas, peinados y/o orfebrería, lo que a lo largo de 3000 años la moda egipcia se basó en las tradiciones, dejando a un lado las llamadas tendencias.
En este sentido, en las esferas del poder, jerarcas, reyes, príncipes, escribas, sacerdotes y las personas de la clase alta estaban pendientes de la momificación y de atuendos clásicos para eventos especiales, incluso en las ceremonias religiosas y funerarias, por lo que se apostaba a modas pasajeras que introdujeran cambios a sus vestimentas.
A pesar de lo tradicional de sus atuendos, los antiguos egipcios rendían culto a la belleza al máximo, tanto mujeres como hombres se cuidaban su apariencia y su higiene, no dejaban lugar a la fealdad ni al descuido, apreciaban los cuerpos rígidos, esbeltos, flexibles, como se lo muestran las numerosas estatuas y pinturas que hoy conocemos y que se asemejan al canon de belleza de este siglo.
Es así como, la moda egipcia como tal no existía, considerando como moda un proceso lleno de cambios y variedad en cuanto a diseños, colores, accesorios, entre otros elementos, sin embargo, los pocos atuendos que los egipcios utilizaban estaban llenos de armonía y dignidad, tomando en cuenta que para los hombres y mujeres egipcios el vestirse no era imprescindible, debido a factores como el clima y la carencia del pudor, que era algo natural y el estar desnudo no era inmoral en aquellos tiempos para esta civilización.
Por lo tanto, todo el mundo andaba desnudo en el Antiguo Egipto, desde los niños hasta pescadores, campesinos y artesanos de las clases bajas, quienes llevaban a cabo sus actividades laborales desnudos o con un simple taparrabos. Por su parte, las mujeres usaban vestidos amplios y con poca tela que les permitían movilizarse de manera fluida en las tareas cotidianas propias de ama de casa.
Pero la llegada del Reino Nuevo, período ubicado en el año 1500 antes de Cristo, puso fin a la desnudez del torso, comenzando a imponerse la moda de túnicas ceñidas o anchas, a las que posteriormente se incorporó mangas y plisados que le daban distinción a los atuendos, y con el tiempo se añadieron colores más vivos y accesorios como cinturones
De esta manera, la vestimenta fue adquiriendo valor para los egipcios, especialmente en los días festivos y eventos religiosos que daban estatus social, sobre todo en las clases altas y los monarcas de la época, quienes lucían por excelencia el shanti, que consistía en una falda corta con extremos cruzados que se introducían en un cinturón, mientras que en la parte delantera se realizaba un nudo. De allí que, el shanti fue una pieza especial durante el Reino Antiguo, el cual fue usado por los nobles en la cotidianidad, pero los hombres de la clase baja lo lucían en eventos o celebraciones especiales.
Debe señalarse que como en toda época el vestuario varía según las clases sociales, y el antiguo Egipto no es la excepción, ya que éste se adornaba a medida que se estaba más arriba en la escala social, por ejemplo, se le añadía un elemento decorativo en la parte delantera, como en los eventos que requieran extrema presencia, distinción y elegancia, por ejemplo, el shanti se adornaba con un broche o una pieza de tejido dorado.
Esta pieza tan característica de los egipcios, sufrió un cambio significativo a finales del Reino Antiguo y principios del Reino Medio, el cual fue alargado hasta las pantorrillas, y en ocasiones se le incorporaba un delantal decorado con franjas horizontales o verticales.
Con la aparición y evolución de las primeras túnicas, se producen otros cambios en el famoso shanti. Este faldellín se acortó por delante y se alargó por detrás, siendo el faraón el primero en asumir dichos cambios que agregaban un toche sofisticado e innovador para la época.
En esta época sobresalían los eventos ceremoniales donde se daba especial atención al atuendo, siendo el Rey el personaje central que solía utilizar faldas largas adornadas con un rabo de toro, que tenía como función resaltar el poderío de este personaje sagrado, además llevaba sobre la cabeza un pañuelo rayado llamado nemes.
Toda esta solemnidad y distinción en las ceremonias fue cambiada a partir de la dinastía XVIII, en la fueron introducidos elementos menos rígidos, tales como: transparencias, pliegues y mangas que hacían al atuendo real algo más llamativo y menos acartonado.
Con la llegada del Reino Nuevo, durante las últimas dinastías el atuendo se fue haciendo cada vez más popular y necesario para los egipcios, y para 1123 a. C., ocurrió un evento histórico que da fe de las necesidades básicas de los obreros egipcios que trabajaban en el sepulcro de Ramsés III.
Cuenta la historia que éstos llevaron a cabo la primera huelga conocida de la historia para protestar por el retraso en el pago de sus salarios, que se obtenían en especies, estando en la lista la vestimenta como una de las principales preocupaciones de la clase obrera.
La necesidad de vestirse trae consigo la elaboración de telas para sus prendas generalmente blancas y/o escasamente decoradas, debido a que la principal tela era el lino, ligero y transpirable que resultaba adecuado para el sofocante clima egipcio, pero a su vez era muy difícil de teñir, restándole calidad a la tela, sin embargo, si los tallos se recolectaban cuando la planta aún era joven, el tejido elaborado era de mayor calidad.
También se tiene evidencia de prendas confeccionadas con telas obtenidas por el tratamiento de pelos de cabra, lana de oveja y fibras de palmera, mientras el algodón no se introdujo sino hasta el siglo I d. C., cuando ya el antiguo Egipto no existía y los faraones eran solo una referencia histórica, mientras la seda llegó 300 años después.
En cuanto al calzado, debe señalarse que la gran mayoría de los egipcios iban descalzos, sin embargo los nobles podían calzarse con sandalias, fabricadas con cuero trenzado o fibras de papiro, cuyo diseño formado por una suela con dos sencillas tiras que se unen entre el primer y el segundo dedo, son idénticas a las que usamos actualmente, por lo en 5.000 años no ha variado.
Con relación al cabello, la famosa peluca es el complemento por excelencia del estilismo del antiguo egipcio que perduró incluso después de esta etapa. Pero, no todo el mundo podía utilizarla, siendo las clases altas, nobles y jerarcas los que tenían ese privilegio. En cuanto a las primeras pelucas femeninas, las mismas eran bipartitas, ya que tenían una raya en el medio, que solían decorar con rizos o trenzas, pero estaban reservadas en exclusividad para las mujeres aristócratas.
De esta manera, generalmente las clases bajas lucían su cabello natural, mientras las mujeres adornaban su cabello con alguna cinta o trenzas, los hombres solían llevar el pelo corto. Sin embargo, existen evidencias de que las extensiones de cabello se usaban en el 3400 antes de Cristo aproximadamente, debido a que se han encontrado en cementerios de trabajadores de las pirámides y edificios colosales de la época. Esto demuestra el estilismo predominante en esta época, donde además se acostumbraba a rizar el cabello con tenacillas calientes o trenzándolo en multitud de mechones.
Además, en el Reino Antiguo los hombres usaban rizos cortos, con flequillo o raya en medio, mientras las mujeres de la clase baja se recogían el cabello con una cinta, las nobles lo hacían con diademas y coronas con más y mejores adornos.
Las joyas también jugaron un papel dentro del estilismo del antiguo egipcio, y mientras las clases populares las elaboraban con huesos, piedras, cerámica y flores naturales, las aristócratas lo hacían con el oro y piedras preciosas.
Asimismo, la joyería egipcia se caracterizó por ser unisex en su mayoría, como casi todos los productos de belleza de esta cultura, es variada y llamativa en sus diseños, encontrándose mayormente anillos, pendientes, brazaletes, cinturones, diademas, broches y collares suntuosos elaborados principalmente en cobre, plata y oro, con detalles hechos son piedras preciosas como la cornalina, turquesa, amatista, ágata y el muy utilizado lapislázuli.
Milenios después, las joyas egipcias han permanecido en el tiempo por sus diseños y colores brillantes basados en la naturaleza, que han inspirado muchas de las grandes creaciones de joyeros modernistas. Incluso en las grandes pasarelas de la actualidad, diseñadores como John Galliano han utilizado los motivos egipcios para presentar sus colecciones, quien diseñó en el 2004 para Christian Dior una colección cien por ciento egipcia, para lo cual hizo uso de los símbolos más representativos de la cultura de esta reconocida civilización, logrando con ello la vigencia de esta cultura tan significativa para la humanidad.
ALFA