Durante la niñez, la relatividad dominaba la noción del tiempo; durante la adolescencia, la arrogancia ante el mundo permitía que la vida se diluyera entre las manos. Luego de llegar a la adultez, el tiempo se transforma en la espada de Damocles pendiendo sobre nuestra cabeza. La idea de ser inmortal pero llenos de lozanía, nos ronda por la cabeza y en esta ocasión pareciera lograrse con incluir en su dieta la melatonina, la hormona de la juventud.

La primera referencia bibliográfica que se tiene de la Fuente  de la Juventud, mito sobre la inmortalidad y la longevidad, se encuentra en el tercer texto de las historias de Heródoto de Halicarnaso (siglo IV A.C.), historiador y geógrafo griego considerado padre de la historia occidental y primer escritor en estructurar un relato a través del accionar humano.

En esta ocasión, la ciencia que cada día lucha por alcanzar la inmortalidad, la plenitud y la sobrevivencia de la especie humana en la Tierra y el Universo, parece estar cada vez más cerca de lograr –por lo menos- retrasar el envejecimiento. Los investigadores del departamento de Fisiología de la Universidad de Granada, ubicada en España, afirman que la melatonina previene el envejecimiento y retrasa los efectos oxidantes.

Adicionalmente, aseguran que la sustancia en estudio la produce naturalmente el cuerpo hasta cerca de los 30 años, edad en la que deja de producirse. Este descubrimiento científico generó el estudio de los beneficios en el cuerpo humano y se llegó a la conclusión que una dosis diaria de melatonina a partir de la cuarta década de ambos géneros, no solo detiene considerablemente los efectos del envejecimiento sino que además incrementa la longevidad.

No obstante, advierten que es necesario realizar mayores investigaciones que documenten la seguridad y certera efectividad de esta sustancia una vez que ingresa el torrente sanguíneo gracias a la ciencia y no producida por el cerebro de forma natural en pequeñas cantidades.

Esta hormona natural además de jugar un papel fundamental en la prevención del envejecimiento, apoya al sistema inmunológico y la actividad sexual del hombre y la mujer. Una vez que la glándula pineal deja de producir la melatonina, infinidad de procesos del organismo en la que interviene se ven comprometidos ante su ausencia.

El mundo de la cosmetología y la nutrición, por su parte, han dado su aporte a la investigación con la implementación de tratamientos de belleza que incluya la melatonina, al igual que la ingesta de algunos alimentos como el maíz, avena, cerezas, arroz o vino tinto, con el propósito de obtener sus beneficios.

Por esta razón, la “Fuente de la juventud” siempre será parte de nuestro anhelo como especie que desea perpetuarse en la eternidad.

ALFA