La Rodonita, considerada como símbolo de amistad, es una gema de color rojo a rosa con inclusiones negras. Su nombre deriva del griego «rhodon», que significa «rosa». Según leyendas se les daba a los viajeros como una piedra protectora; se creía que hacía que el corazón del viajero comenzara a latir más rápido si el peligro se acercaba. Se forma como un producto primario de alteración en depósitos hidrotermales y de metamorfismo de contacto regional, asociado con bustamita.
En cuanto a su localización, podemos encontrarla en España donde se ubican yacimientos en Valverde del camino y Calañas (Huelva) y en varias localidades de Badajoz. También se extraen de yacimientos importantes de montes Urales (Rusia), Broken Hill (Australia), Langban (Suecia), Brasil y varios sitios de Estados Unidos.
Entre sus principales usos destaca su utilización en grandes masas como piedra ornamental; además, algunos ejemplares son tallados y usados como joya semipreciosa. También se ha usado como mena de manganeso comercialmente rentable y beneficiable.
Anteriormente, este cuarzo simbolizaba la convivencia entre pueblos que eran enemigos reflejando su reconciliación y paz duradera. Los habitantes se obsequiaban tallas de esta piedra ya que se creía que fomentaba la hermandad humana y limpiaba las heridas y diferencias emocionales; ellos regalaban amuletos con incrustaciones de este mineral a los huéspedes en ciertos pueblos de América, como muestra de su agradecimiento y símbolo de amistad. Se cree que la rodonita transforma gradualmente los cimientos emocionales, haciéndolos más sólidos, saludables y seguros.
La confección de collares con esta gema se ha utilizado como estrategias terapéuticas, para calmar y poner en orden aquellos sentimientos que se encuentran dispersos. Del mismo modo, profundiza la compresión de las emociones, encarando la vida con más equilibrio y gracia, además de que mejora el cuerpo físico, al elevar lenta y suavemente, la calidad de su energía. Es muy utilizada para combatir el estrés y estados ansiolíticos provocados por éste, de igual manera se cree que tiene una intensa resonancia con el perdón, es útil para dar la vuelta a los insultos e impedir la venganza, y reconoce que la revancha es autodestructiva.
Como sabemos si no se está bien consigo mismo, no se puede estar bien con los demás y mucho menos podremos mantener una relación equilibrada, afectiva y sana con las personas que nos rodean. Es por ésto que mientras más intentemos estar en paz con nosotros mismos y el mundo, más duraderos serán los lazos afectivos de amistad entre una persona y otra. Aprender a convivir no es sencillo y es una virtud que no todos poseen, sin embargo es posible, claro que lo es, y más si se tiene la intención de hacerlo.
ALFA