El magnetismo es un fenómeno que explica la manera en que ciertos objetos denominados, magnéticos, ejercen fuerza de repulsión o atracción sobre materiales ferrosos. Usado comúnmente dentro de la industria y comercio para diversas tareas, el magnetismo también ha tenido un enfoque dirigido hacia la resolución de ciertos problemas de salud que a continuación conocerá.
Primero que todo, hay objetos magnéticos que por naturaleza tienen esta propiedad, mientras que otros son sometidos a diferentes procesos a fin de agregarles la capacidad magnética. A estos se les denominan imanes. Pueden caracterizarse por poseer en su constitución al níquel, al hierro, o al cobalto, o sus diversas aleaciones, puesto que estas se han considerado como las primordiales representantes en cuanto a magnetismo refiere.
Si bien, es popular la manera en que los imanes han sido usados en diversos aspectos de la industria, como la movilización de grandes cargas, la fabricación de electrodomésticos, o también, la confección de joyería magnética, existen dentro de las prácticas alternativas de la medicina, la magnetoterapia.
Implica el uso de los campos magnéticos estáticos con el objetivo de tratar diferentes padecimientos. Pese a ser considerada como una pseudociencia al no tener referencia científicamente comprobable tanto por la física como por la biología, la magnetoterapia se basa en la curación del padecimiento aplicando diferentes frecuencias altas y bajas de magnetismo sobre las partes del cuerpo afectadas.
Se hace capaz de regenerar células, promoviendo la acción reparadora, antiinflamatoria, antiestres, y antiedemática, sin esperar por efectos secundarios. Considerada también como una nueva forma de fisioterapia con la cual se emplea la energía electromagnética, de manera no invasiva, pero igualmente eficaz, capaz de acelerar el proceso de curación tras un evento traumático, aliviar el dolor a consecuencia de este, estimular la recuperación celular de los tejidos, reducir las inflamaciones que haya producido, alentar a la oxigenación de las células, estimular la reabsorción de los edemas, o mejor conocidos, como la hinchazón en tejidos por la alta concentración de líquido.
Por su parte, la profesora Graciela Pérez afirma que, el magnetismo aplicado a la bioquímica ha tenido diferentes basamentos que han de concretarle como un referente científico en el avance de tratamientos no invasivos, señalando entre muchos otros que “conforme a la influencia sobre el colágeno, se ha demostrado que aplicando campos magnéticos a cultivos de condroblastos, se aumentó su síntesis; la influencia sobre las funciones de transporte de la membrana celular, los campos magnéticos aumentan «in vitro» la toma de calcio radioactivo en el hueso osteoporótico”.
Además, Pérez agrega que la influencia de los campos electromagnéticos ha logrado en definitiva estimular y orientar las proteínas en las membranas, en diferentes ramas de tratamiento que van desde la cardiología, a la dermatología, y la urología, lo que en lugar de hacerla aparentar como una pseudociencia, debería ser reconocida y enfocada el poder que en sí resguarda como un avance en favor de la propia medicina tradicional.
ALFA