Para una mujer, uno de los accesorios más anhelados son los zapatos, de todas formas, colores y tamaños, como las sandalias, mocasines, botas, botines, zapatillas deportivas, entre una gran variedad de modelos y tipos, no es una sorpresa que al abrir su armario se sorprenda con el número de zapatos que  posee, porque no cabe duda que son una pasión femenina. 


El zapato es un accesorio que nos acompañará toda la vida, toda vez alcanzada la edad adulta la talla del calzado no cambia, esta situación facilita la acumulación del mismo, sobre todo si somos cuidadosos con su almacenamiento y conservación, además es la excusa perfecta para alimentar nuestros caprichos.

Llevar con la ropa adecuada los zapatos de tacón alto, proporcionarán un «look» perfecto con la elegancia del momento, porque bien llevados aportarán el detalle de glamour y coquetería, igualmente le da a la pierna una bella forma de torneado, con su andar felino y desafiante para sacarles mejor partido, con pasos cortos y seguros o largos y suaves, depende de cómo sea su pisada; quien consigue esa magia es el tacón, fetiche favorito de la mujer cuando intenta atrapar miradas de un hombre que le interesa, sabiendo que para ellos es un elemento de  sensualidad imposible de resistir.

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Los zapatos en su guardarropa nunca serán suficientes, las nuevas tendencias en el mundo de la moda siempre la llevarán a necesitar un par más; en un documental que lleva por título «God saved my shoes», realizado por la directora de cine Julie Benasra, reúne los testimonios de diseñadores, modelos, psicólogos y sociólogos con la finalidad de lograr entender el porqué de ese afán de las féminas por tener más y más zapatos.

Entre los hombres y las mujeres destacó un punto en cuanto al gusto por el calzado, concluyendo lo siguiente, “Hay una cuestión clave: los tacones transforman el cuerpo de la mujer y por eso se ha desarrollado todo un mundo entorno a ellos. Sin embargo, por mucho que los hombres sigan las tendencias y estén cada vez más interesados en su aspecto, los zapatos no dejarán de ser un complemento, es imposible que establezcan una relación como la que tienen las mujeres por esa razón, porque a ellas las transforman”.

Para esta directora la verdad más arrolladora de esta pasión femenina fue concluir que los zapatos, “no son un accesorio como un bolso o una joya que puedes decidir si llevar o no llevar. Siempre tienes que ir calzado, es algo necesario y los zapatos se convierten en una especie de prolongación del cuerpo. Por eso tienen que representar lo que tú eres, porque en cierto modo son parte de ti”.

Del modelo que quiera no sienta remordimientos en tenerlos, las mujeres simplemente no abandonarán su obsesión por los zapatos, aunque nadie necesite tantos siempre aparecerá uno más bonito, más elegante, que combine con su ropa nueva y que sea tendencia actual.

ALFA