Los zafiros son gemas muy raras, por lo que encontrar zafiros más grandes sin duda es un milagro de la naturaleza digno de admiración. Sin embargo, son pocas las veces que esto ocurre y no es extraño que sean ejemplares muy codiciados dentro del mundo de las piedras preciosas. Si usted leyó la primera parte de este artículo es hora de conocer cuales son las otras piezas emblemáticas que están en la lista de los zafiros más grandes del mundo.

Los zafiros más grandes
Imagen de monicore en Pixabay 

7. Gigante azul de Oriente

Descubierto en 1907, en la famosa región de Ratnapura en Sri Lanka. Este zafiro que en bruto pesaba un poco más 600 quilates, fue comprado por el principal exportador OLM Macan Marker & Co. La piedra fue posteriormente cortada y facetada para finalmente obtener un zafiro de 486,52 quilates. Que no solo lo coloca en la legendaria lista de los zafiros más grandes, sino que también le permite ostentar el titulo como el zafiro facetado más grande del mundo.

La piedra fue vendida el mismo año a un coleccionista privado, quien la mantuvo casi 100 años fuera de la vista del público. Por lo que se creía aparentemente perdida, hasta que finalmente apareció en el año 2004 en una subasta celebrada por la firma Christie. Donde nuevamente fue vendido a un comprador anónimo por 1 millón de dólares. Se trata de un zafiro con una saturación de color uniforme, engastado en un broche de platino con un borde de diamantes engastados.

8. Blue Belle de Asia

Este enorme zafiro de 392 quilates, destaca como uno de los más legendarios del mundo, al ser el zafiro azul más caro vendido en una subasta. Gracias a la impresionante cifra de 17,5 millones de dólares que pagó por el un coleccionista privado no identificado en 2014. La piedra en cuestión es un zafiro azul de Ceilán de talla cojín sin tratar, que se encuentra suspendida en un colgante de borla de diamantes de talla brillante y montada en un collar de oro y diamantes de varias hebras.

Sin embargo, también es una piedra con una historia interesante, que comenzó en 1926, cuando fue descubierta en Ratnapura, Sri Lanka. Ya que, un comerciante de gemas lo recogió rápidamente y se lo vendió a Lord Nuffield de Inglaterra.

Aunque a partir de ahí su historia se torna oscura. Pues se creía que la intención de comprarla, era entregarla como un obsequio de coronación para la reina Isabel, pero la gema desapareció por 35 años. La gema cayó en manos privadas y continuó cambiando de dueño para salir a la luz en la década de 1970. Sin embargo, volvió a desaparecer y solo aparecería nuevamente antes de salir a la venta en una subasta en 2014. Como parte de una gran colección, propiedad de un coleccionista saudí.

9. Broche de zafiro Maria Alexandrovna

Adquirido por el emperador ruso Alejandro II durante la Gran Exposición de Londres de 1862, quien planeaba regalárselo a su esposa la emperatriz María Alexandrovna a quien debe su nombre. Sin duda, uno de los zafiros más grandes que se han encontrado con 260,37 quilates.

En lo que respecta a la calidad de la piedra se dice que es de las más raras, pues combina el tamaño, color, claridad con un corte inusual. Siendo su característica más llamativa un saturado color azul uniformemente distribuido, que es muy venerado en los zafiros provenientes de Sri Lanka. Esta singular piedra fue colocada en un broche rodeado con 56,60 quilates de diamantes y actualmente se encuentra en el el Russian Diamond Fund.

10. El zafiro Stuart

Este impresionante zafiro que hoy engalana la Corona del Estado Imperial de Inglaterra tiene un peso de 104 quilates y un pasado no muy claro. Pues antes de ser colocado allí paso por manos de reyes y cardenales, y su historia data de 1214. De hecho, se dice que probablemente perteneció al príncipe Carlos II y fue una de las joyas que llevó consigo James II al huir de Francia.

Entre las familias reales llegaría a manos de Henry Benedict Stuart, en honor a quien fue bautizada esta piedra. Posteriormente, tras su fallecimiento la piedra junto a otras reliquias pasaría a manos del rey Jorge III.

En cuanto a su ubicación en la Corona Estatal de la Reina Victoria, inicialmente el zafiro Stuart estaba justo debajo del Rubí del Príncipe Negro. Pero en 1909, durante el reinado del rey Eduardo VII, sería trasladado a la parte posterior de la corona. Siendo reemplazado no por otro de los zafiros más grandes, sino por el famoso diamante Cullinan II de 317 quilates. Actualmente el zafiro Stuart todavía ocupa esa posición en la corona que es usada hoy en día por la reina Isabel II.

11. El zafiro Rockefeller

Dueño de una talla asombrosa, el zafiro Rockefeller no solo es uno de los zafiros más grandes sino también de los más famosos del mundo. Con 62,02 quilates y un azul impecable, este celebre zafiro adquirió su nombre de su antiguo propietario, el multimillonario John D. Rockefeller Jr, único hijo de John D. Rockefeller Sr. Se dice que la piedra fue comprada por Rockefeller en 1934 a un maharajá indio que según se cree habría sido el séptimo y último Nizam de Hyderabad, Mir Osman Ali Khan, quien gobernó desde 1911 hasta 1948.

Inicialmente este zafiro fue colocado como un broche por la primera esposa de Rockefeller. Pero posteriormente, la piedra de perfecto corte rectangular fue montada en un anillo con diamantes con diamantes flanqueando ambos lados, que regalaría a su segunda esposa. Siendo ella quien lo vendería en 1971 a un coleccionista privado, aunque desde entonces el anillo ha pasado por varias subastas. Entre ellas, las más reciente en la que participó fue en 2001, donde fue subastada por poco más 3 millones de dólares.

12. Los zafiros de Richelieu

La historia de estos impresionantes zafiros que datan de 1905 y originalmente fueron un regalo de bodas que el conde Gabriel de la Rochefoucauld, le obsequió a su esposa, Odile de Richelieu, a quien deben su nombre. Se trata de dos zafiros de Cahemira sin tratar de 26,66 y 20,88 quilates de peso en talla cojín, que forman parte de dos aretes suspendidos en una estrella engastada con diamantes.

Los zafiros se han restablecido dos veces en su configuración actual y se vendieron en una subasta en 2013 por casi 8,5 millones de dólares.

ALFA