Para la antigua cultura China abrazada por las creencias taoístas, el yin y el yang representan energías opuestas que entre sí se complementan y atraen; para su existencia individual cada una necesita la existencia de la otra, son la representación misma de la dualidad y establecen la relación e importancia del equilibrio en su interacción; de su integración parte el Universo, el mundo, la vida y cada circunstancia se encuentra impregnada de esta esencia, estas dos energías mueven la realidad.
La armonía entre la dualidad de la luz y la oscuridad está representada en el yin y el yang, estableciendo al yang como una energía positiva constante, mientras que el yin es una energía negativa y pasiva. De acuerdo con esta creencia todo se relaciona directamente con ello y con el equilibrio pertinente para la preservación del bienestar cómo un todo.
Asimismo, se establece la idea de que no existe una verdad absoluta y todo debe ser continuado, lo grafican claramente en un círculo a mitades iguales, una mitad para el color blanca en donde en su centro hay un punto negro, por su parte la otra mitad es color negra con un punto blanco en su centro, pero que además de ello no se encuentra dividido por una línea recta sino por una S al revés, que hace énfasis en donde minimiza la intensidad de un color, inicia la de otro, lo que indica que la vida es cíclica, donde no todo es solo bueno o solo malo.
De igual manera, es necesaria la existencia de ambas para el correcto balance, es decir, deben existir partes iguales de la presencia del yin y el yang, no es posible los excesos o la ausencia de alguno de ellos. Estas fuerzas alcanzan su punto máximo sosteniéndose una de la otra, estableciendo un equilibrio que mantiene todo en calma, pero si esto varía o se rompe surge el caos en la cotidianidad del hombre.
El yin dentro de este círculo a mitades iguales, es el nombre que se atribuye al área de color negro, que en su significado más amplio representa lo oscuro y frío, lo pasivo y femenino, aquello que se relaciona con la noche, mientras que el yang, el área de color blanco en el círculo, significa lo masculino y lleno de luz, lo activo, simplemente el día. En la vida misma encontramos estas dos fuerzas con claridad, en los árboles, sus hojas se secan y caen para luego renacer y llenar sus ramas de hojas nuevas y dar paso a las flores, también lo vemos en cómo transcurre el día que termina para dar paso a la noche que al culminar da la bienvenida a un nuevo día.
La realidad de nuestra naturaleza nos hace evolucionar segundo a segundo y con ello pretendemos que todo sea eficiente, rápido, exitoso, sin trabas ni demoras, pero es allí donde destaca el equilibrio, no puede existir el éxito, sin aquellos momentos de crisis que te permitan una necesidad que te impulse y renueve nuestra motivación, sin la tristeza y las lágrimas no podría valorarse una sonrisa, sin la oscuridad no podrían brillar las estrellas.
El secreto radica en saber aceptar que todo es un aprendizaje constante y que se necesita lo malo para valorar lo bueno, la existencia misma es tan sublime cómo el vuelo de una mariposa, valorar cada experiencia es la real enseñanza.
ALFA