Sí, aunque quizás le pueda parecer un poco extraño, la civilización maya también adoptó y aplicó una tendencia de moda con el jade. Una vez que éstos lograron descubrir las poderosas y maravillosas propiedades de la piedra, ciertamente no pudieron ignorarla.

Además de ser una piedra muy valiosa, es también sumamente elegante, atractiva y hermosa. Por lo tanto, decidir que ella forme parte de un atuendo de belleza y moda es una genial idea.

Sin embargo, para los mayas el jade también era una piedra sagrada, muy representativa y de gran valor, muy por encima del oro. Tanto así, que tenían como práctica colocarle al difunto en su tumba piedras de jade, como símbolo de su jerarquía.

Las mujeres mayas también eran las elegidas para recibir el jade dado por los hombres, quienes lo otorgaban como muestra y regalo de amor. Representaba el compromiso real y la unión eterna. Las mujeres usaban el jade como atuendo en collares, pulseras, diademas, tobilleras o apliques en su vestimenta, como portadoras de elegancia, belleza y protección ante cualquier enfermedad, malestar, daño e influencia.

Por otro lado, tanto las mujeres como los hombres cargaban consigo esta piedra para valerse de sus beneficios, llegando al nivel de perforar su piel y colocarlas dentro. Sobre todo, era muy común realizar la perforación entre la boca y el mentón, como una manera de transmitir respeto y autoridad por quien la usaba.

El empleo del jade también se hizo con incrustaciones en los dientes; claro, esto no lo hacían todos. Se dice que esta costumbre correspondía a las personas pertenecientes a las más altas clases sociales, como una forma de mantener su prestigio y su poder.

Una persona que llevara jade estaba por encima de muchos. Su uso implicaba protección y beneficios propios de la piedra. Con ciertos toques de coquetería antigua.

ALFA