Desde la época prehistórica hay vestigios de una especie de luz alrededor de las figuras dibujadas en sus cuevas, lo que hace pensar en los colores del aura; A los seres vivos los rodea una luminiscencia electromagnética que varía de acuerdo a su estado anímico y físico.
En el conocimiento de las costumbres esotéricas, el aura humana está ligada a la luz, a la luz del sol y a los colores del arco iris; por siglos, médicos y filósofos como Galeno y Paracelso, hablaron de la presencia de una sustancia luminosa que baña el universo.
El amarillo indica gran facultad intelectual y espiritual, sus propiedades son de claridad, brillo, aunque la alegría es aburrida, sin contenido; este color también guarda el final de la vida, la vejez, el acercamiento a la muerte, en su tono ocre es un paso anterior al negro, que es la muerte.
El rojo devela una sana energía, fuerza, pasión, dominio, cuando se visualiza como franjas donde está el órgano, es señal que está totalmente sano; si es claro, con los bordes de un amarillo también claro, dice que su dueño es compasivo con sus semejantes puede decirse que es un buen color.
El rosa y el violeta se unen como símbolo de intuición y espiritualidad, se observa en personas de vida tranquila, siempre relajadas ante los problemas, dice que la persona ha conseguido un balance entre lo espiritual y lo material.
El anaranjado, es una variación del rojo, pero siendo una tonalidad de enorme importancia en el Oriente, lo tienen personas ideales para ser maestros y guías espirituales, pueden prestar consejo y ayuda; si es dominante, generalmente a ese color le acompaña un halo amarillo, que luego se vuelve dorado, lo que revela que es un gran maestro espiritual.
Verde es el color de la curación, enseñanza, denota diplomacia y facilidad en el trato con las personas, si está mezclado con rojo dice que hay competencia en el trabajo y señala a grandes cirujanos; combinado con azul indica que la persona observada quizás sea educadora y logre grandes éxitos, pertenece a alguien amistoso y considerado con los demás.
El matiz azul señala la espiritualidad, lealtad, habilidad intelectual, constancia, juventud; si es claro denota falta de empuje en la toma de decisiones, si es oscuro corresponde a una persona que está haciendo progresos, trabajadora y que ha tenido satisfacciones en el trabajo.
El gris es tono de malestar, de enfermedad; una persona con jaqueca muy dolorosa, tendrá una marca grisácea atravesando el aura a nivel de la cabeza con pulsaciones siguiendo el ritmo de las punzadas de la jaqueca.
Antes de tratar de ver el aura ajena, ejercítese en ver primero la suya frente a un espejo que de cuerpo entero es mejor, detrás una pared blanca, con distancia de tres metros más o menos; relájese y concéntrese, fije la vista entre sus cejas, espere hasta empezar a ver el aura poco a poco, irá observando más colores hasta ver una multitud de matices.
ALFA