Son tan importantes los aportes del agradecimiento a nuestra vida, que inciden directamente sobre nuestra salud integral, por lo que la gratitud se ha convertido en una de las cualidades o valores fundamentales para lograr avances positivos en nuestras vidas, y sin aún no ha tomado conciencia de esto, es bueno que lea bien estas líneas, para que tenga presente el agradecimiento en todo momento.
El hecho de que se practique la gratitud, aprendiendo a dar las gracias de la manera más sincera posible, por todo aquello que las personas, la vida o Dios nos provee, es uno de los elementos claves para lograr el bienestar; porque de este modo nos sentiremos bien con nosotros mismos y con nuestros semejantes, y dando el primer paso para asumir un cambio trascendental en nuestras vidas, que será la mano derecha de la toma de consciencia, que a su vez provee serenidad y paz a nuestras vidas.
Sin embargo, debemos reconocer que aunque existen personas, que agradecen con mucha facilidad todo lo que llega a su vida, incluso algunas cosas, personas y/o situaciones que aparentemente no son tan positivas, existen otras a quienes agradecer se les dificulta demasiado, y no saben pedir disculpas, estas personas generalmente se muestran egocentristas, prepotentes e indolentes; arrastrando consigo pesar, miedos, inseguridades y aunque puedan tener muchas posesiones materiales, no poseen un verdadero estado de bienestar.
Por ello, el agradecimiento parte de la base de la aceptación de todo lo que nos sucede, más no de la resignación, agradecemos todo lo positivo por pequeño que sea, y lo negativo, porque de ello aprendemos; porque de manera contraria se ha perdido la oportunidad de hacerlo, y volverán a nuestra vida situaciones similares, originadas por la conocida ley de atracción, o ley de causa y efecto.
Pero no debemos confundir el aceptar con la resignación, ya que esta última implica doblegarse ante lo que nos sucede; simplemente se trata de una actitud positiva y optimista sobre lo que nos sucede, para que se genere un aprendizaje y con ello haya bienestar.
Sin embargo, entendidos en la materia, sostienen que el agradecimiento no debe estar necesariamente asociado al exceso de optimismo, ya que este puede traer consigo falsas expectativas, metas y objetivos irrealizables, fuera de contexto y de nuestra realidad, produciéndose una discordancia con nuestras capacidades y circunstancias, que puede ser contraproducente, debido a que de allí se deriva la insatisfacción, la quejumbre y la falta de bienestar; por lo que debemos reflexionar para encontrar equilibrio entre nuestros pensamientos, ideas, palabras y acciones, y así se logrará crecimiento personal y espiritual.
Por el contrario, una de las alternativas para no caer en el positivismo exacerbado, es practicar diariamente la gratitud, que comienza con un acto de reconocer o darnos cuenta de todo lo que la vida nos ha dado, empezando por el hecho de que respiramos y existimos; y por lo que se agradece lo que poseemos y obtenemos; en lugar de centrarse y quejarse por lo que falta.
Esto no significa que hay que rendirse, ni resignarse, sino más bien, forma parte de la toma de consciencia y aceptación de las limitaciones circunstanciales, lo que nos obliga a dejar los apuros por querer cambiar las cosas, se trata de tener la firme intención de cambiarlas, dejando fluir; ya que esta actitud apresurada nos hace crearnos falsas expectativas y con ello muchas veces se genera ansiedad, insatisfacción, estrés y malestar; limitando nuestra relación sana con nuestros semejantes y con la vida misma.
A esas personas que se muestran incapaces de incluir el agradecimiento en sus vidas, debido a que están inconformes con lo que poseen y/o acontece en sus vidas, nunca se sienten satisfechas, vamos a dedicarle un relato antiguo que dice lo siguiente: “En una ermita, ante una imagen de la Virgen, un hombre joven lloraba quejándose porque no tenía zapatos, hasta que detrás de él escuchó los lamentos de un viejo que, de rodillas, lloraba porque no tenía pies”.
Pero para ser agradecidos, no debemos llegar a ese punto, no hace falta ver que otro sufre más que nosotros o tiene menos, aunque como no se trata de que seamos perfectos, al momento que usted se encuentre quejándose de lo mal que está, tráigase a la mente una de los millones de casos de personas que están mil veces peor que usted, es un ejercicio básico para reflexionar, ubicarnos en el momento presente y que el agradecimiento toque las puertas de su corazón.
Debemos estar claros de que la gratitud es una actitud que nace de la humildad, y las personas insatisfechas no son humildes, y éstas deberían comenzar por reconocer sus errores y limitaciones, para de esta manera, mostrarse dispuesta a equivocarse y a aprender, y sobre todo debe estar preparada para pedir perdón, sólo de esa manera, podrá ayudar, respetar y valorar a los demás, mostrarse como un ser generoso, amable y solidario, dejando de presumir o alardear, para lo cual es necesario hablar menos, saber escuchar y actuar positivamente ante las vicisitudes de la vida.
Por lo tanto, el agradecimiento provee muchos aportes a nuestra vida, que al asumirlo y practicarlo, nos conectamos con la verdadera esencia de la vida, lo cual contribuye a nuestra felicidad y a practicar un optimismo equilibrado, que reduce la insatisfacción, favorece la adaptación a las circunstancias. Todo ello, trae mucho bienestar, ya que mejora nuestra salud emocional, mental y física, elevando así la autoestima, la confianza y la seguridad, haciéndonos mucho más conscientes de nuestra realidad, lo que nos permite vivir el presente, mejorando las relaciones y haciéndolas más sanas, con un enfoque basado en el positivismo realista.
ALFA