El monte Tai es una de las cinco montañas sagradas del taoísmo en China, elevándose a más de 1.545 metros de altura. Ubicada en la localidad de Tai’an – Shandong, esta particular cumbre resulta un espectáculo místico y natural, que año con año reúne a cientos de curiosos que le recorren en sus diferentes medios de transporte, o, también para quienes osan alcanzar su empinada cumbre a pie.
La montaña de Tai tiene una extensión de 25.000 hectáreas. En su recorrido pueden verse diferentes templos ceremoniales de gran importancia para la cultura oriental, tales como el Palacio de la Puerta Roja, el Templo Doumu, y el Arco de la Inmortalidad. Estos centros han sido catalogados como destinos de peregrinaje por más de 2.000 años, lo que derivó que desde el año 1987, la Unesco declarara al Monte Tai como Patrimonio de la Humanidad.
Las maneras de recorrer la montaña Tai quizás resulte ser una de las maravillas turísticas que año con año atrae a cientos de curiosos. Desde la base de la Montaña Tai puede ascenderse en autobús hasta la llamada, Puerta del Medio Camino al Cielo. Una vez ahí, existe un teleférico que finalizará el recorrido hasta la cumbre final.
La segunda opción es la tradicional e inolvidable. Recorriendo un camino con más de 6.600 escalones en piedra, el primer tramo le llevará por un paseo hasta la Puerta del Medio Camino al Cielo. El siguiente tramo durará de entre dos o tres horas, luego de las cuales podrá haber alcanzado la codiciada cumbre de la Montaña Tai, y elevar su interior de nuevas energías, además de la emoción que causa la impresionante vista.
El trayecto a pie tiene en su bagaje diferentes leyendas que le hacen de importancia para los fieles al taoísmo. Según cuentan, solo cinco emperadores han concretado el recorrido tramo a tramo, mientras otros señalan que el grandioso filósofo Confucio logró alcanzar la cúspide del Monte Tai siguiendo el tradicional camino.
Majestuosa cumbre. En su zona más alta se encuentra el templo al Emperador de Jade. De acuerdo a la mitología china, Augusto de Jade es gobernante del cielo, al ser uno de los dioses principales del Panteón Taoísta. Conocido como Gran Emperador o Abuelo Celestial, esta figura, según las creencias, tiene poder sobre el cielo y sobre la tierra, del mismo modo que lo tienen los emperadores terrenales. Además de decidir sobre cada aspecto de la vida humana, el Emperador de Jade fue el artífice que decidió que cada año sería dividido por sus animales preferidos, demostrado en la actualidad con el zodiaco chino.
Máxima aspiración. Ver un amanecer en la montaña Tai resulta la máxima aspiración de un taoísta o de cualquier local, pues aseguran, que el sol inicia su recorrido diario con la ascensión por la peculiar montaña, lo que refuerza el halo de misticismo y veneración que tiene recorrer el sagrado Monte Tai.
ALFA