Para todo padre resulta angustioso el lidiar con problemas de su hijo en la escuela. Ante el hecho de que su pequeño presente diferencias con el reconocimiento a la autoridad, lo importante que un padre debe mantener es la calma, para trazar un plan estratégico que genere una efectiva solución.
Valores desde el inicio. El psicólogo infantil, Javier Urra, explica que es fundamental enseñar a los niños desde sus etapas tempranas, el valor de la responsabilidad, y el respeto a las figuras de autoridad, ya que de ahí, derivará la conducta que adopte en las consecuentes fases de su vida.
«Si tienes un niño pequeño que hace lo que quiere, que a los dos años no ayuda a recoger los juguetes, que aprende que la madre solo sirve para ir detrás de él, y si eso no se frena, cuando tiene 16 o 17 años se desborda: exige mucho dinero y cuando la madre un día le dice no, no lo tolerará».
Lidiar con problemas de desobediencia en la escuela resulta el problema más común. De hecho, especialistas señalan que, en alguna u otra etapa, es normal que el niño presente conductas desafiantes, a fin de poner a prueba la figura de autoridad.
Según Thomas Achenbach, entre los 5 a 6 años, es normal que un niño empiece a desobedecer las órdenes de sus padres, e incluso, a destruir algunos objetos, siendo una fase que disminuye su intensidad cuando atraviesan la etapa de la adolescencia. La manera en que este tipo de actuar se convierte en un anomalía es mediante la frecuencia y la gravedad de sus acciones.
La psiquiatra, María Mardomingo, explica que la motivación resulta una de las primeras aliadas que un padre tiene para lidiar con un niño desobediente. “Para modificar la conducta desobediente, se recomienda mostrar una actitud colaborativa: dejar que el niño se exprese y escuchar sus preocupaciones. Luego, con calma, explicarle las consecuencias de sus actitudes.”
Tal como lo explicó la especialista, un padre debe mantener siempre la calma. Cuando un pequeño presenta un momento desobediente, el padre debe colocarse a su altura, hacer contacto visual directo, para luego, hablarle con firmeza y calma al niño, explicándole que no es aceptable su comportamiento. Otra herramienta que tiene un padre es el establecimiento de rutinas, pues llevar una vida imprevista de organización, deriva la incapacidad de seguir órdenes y reconocer los límites.
Establecer una organización e integrar las normas como freno a la desobediencia. Todo padre debe presentar un listado de lo que se debe o no hacer, siendo claro y razonable, al adaptarlo a la edad del pequeño. Un padre debe explicar el porqué de cada regla a seguir, incluyendo la manera en que el niño será beneficiado al cumplirlas.
El último paso es premiar los buenos comportamientos. El refuerzo positivo es necesario para que el niño sienta el beneficio de las actitudes acordes. Unas palabras de agradecimiento, crearán un entorno de satisfacción, ideal para mejorar su comportamiento.
ALFA