Los Leones sin Lengua de Budapest, ubicados en el Puente de las Cadenas, conocido también como el Puente Széchényi, fue el primero construido en Budapest por el conde István Széchenyi, el cual esconde una extraña leyenda que dice que los leones de piedra que lo vigilan en cada extremo de las dos orillas son los responsables de que el escultor Janos Marschalko, haya decidido quitarse la vida cuando se dio cuenta que había olvidado esculpir sus lenguas.

Cuenta la leyenda que el artista estaba tan orgulloso de su trabajo que prometió que si alguien conseguía un sólo fallo, en el puente, se quitaría la vida; dicen que un zapatero, descubrió que los leones no tenían lengua y Marschalko sintió,  tanta vergüenza al enterarse que se lanzó al Danubio; otra leyenda dice que los felinos, como guardianes de su país, cobrarán vida cuando Hungría se encuentre en peligro y necesite defenderse de algún invasor.

Una de las experiencias más curiosas de Budapest es la de ir en un tour de aproximadamente dos horas en un autobús anfibio, amarillo, que realiza un recorrido por el Danubio como si fuera una embarcación, a través de las calles más emblemáticas de la ciudad, parte de los alrededores del lujoso Hotel Four Seasons y del Puente de las Cadenas, icono del art nouveau,  tiene un costo de 28 euros.

El café New York de Budapest se dice que es el más bello del mundo, fue  construido en 1894 por una compañía de seguros, y detrás, se esconde con su enorme patio el Hotel Boscolo Budapest, un hotel cinco estrellas con 138 habitaciones; en la época comunista cayó en el olvido y permaneció un tiempo cerrado al público, fue remodelado en 2006 y hoy brilla, como si sus salones hubieran realizado un viaje en el tiempo, con sus techos y columnas dorados y sus preciosos frescos del siglo XIX, la cocina es austro-húngara, pero a sus seguidores lo que más les gusta es desayunar en él o tomar una merienda con sus tartas húngaras y sus riquísimas copas de helado.

Ferenc Puskas, jugador del Honved, no ha dejado de ser de los iconos más famosos de Budapest, él y la selección húngara triunfó también en el Real Madrid de Di Stéfano y Gento,  el cariño que tienen los budapestinos por este magnífico futbolista es ilimitado, el estadio de lleva su nombre; en el distrito de Óbuda se exhibe una estatua completa del futbolista, rodeada por tres niños, y en «Memories of Hungary», una tienda situada junto a la Basílica de San Esteban, se siguen vendiendo las camisetas del futbolista al precio de 15 euros.

A Ronald Reagan, cerca de la Embajada de Estados Unidos en la plaza Szabadság,  le fue construida una estatua tallada en bronce por el artista húngaro István Máté de 2,2 metros de altura como un símbolo de su lucha contra el comunismo soviético; si está por Budapest, no olvide visitar estos y otros sitios curiosos que la ciudad tiene para ofrecerle.

ALFA