El tiempo todo lo cambia y transforma; igual ha sucedido con las joyas. Han estado presente desde el inicio de la humanidad, y en la medida que el mundo ha evolucionado las joyas también se han transformado. El hombre desde sus inicios se inclinó hacia diferentes materiales para transformarlos y usarlos como adornos, y en su necesidad natural de ataviarse, los primeros materiales que usó fueron los huesos de diferentes animales salvajes; estos adornos le otorgaban una función ornamental y simbólica.

En la época prehistórica las prendas más usuales fueron los colmillos de mamuts y fragmentos de costillas; estas cubrían y adornaban sus pechos y brazos con grandes brazaletes y collares. Otras civilizaciones de las costas mediterráneas aprovecharon la recolección de conchas y moluscos marinos para elaborar objetos de adornos colgantes. Sin embargo, los registros arqueológicos indican que las semillas, las plumas, la madera y el cuero también fueron usados como materia prima para la elaboración y confección de sus primeras joyas; y en algunos casos, las piezas eran incluso de nácar.

Más adelante, los diseños egipcios fueron muy usados en la joyería. Se empleó el oro como pieza principal en sus atuendos. Sus joyas eran grandes y pesadas; desde brazaletes hasta enormes collares. Tenían por preferencia una creación muy especial llamada gorguera, realizada con un conjunto de discos de metal y se llevaba directamente sobre la piel. Las mujeres llevaban exuberantes piezas elaboradas en oro, plata y bronce que usaban en las ceremonias.

Entrando en la Edad Moderna, se utilizaron collares de gruesas bolas huecas y afiligranadas o caladas, siempre como adorno femenino. Los egipcios usaron los medallones, generalmente metálicos que se llevaban colgados del cuello como adorno personal; conteniendo entre otras figuras las de un gavilán o buitre con las alas extendidas.

Los zarcillos fueron usados como elementos decorativos, y no solo para adornar las orejas, sino también todo su cuerpo. De igual forma, esta costumbre fue adoptada por griegos y romanos que colgaban aretes de oro en sus cuerpos; inclusive, los niños llevaban los zarcillos de oro en una sola oreja.

Los brazaletes de nuestras antiguas civilizaciones tenían una forma de espiral o circular; estos eran adornados con pedrerías y emblemas propios de la época. Los fenicios lo confeccionaban a manera de anillos abiertos y terminados en cabeza de animales. Los griegos y romanos se adornaban con extravagantes piezas, imitando serpientes en forma de cobras. En la joyería egipcia fue muy común el uso de las conchas marinas; las lucían las mujeres como prendas de lujo en forma de cinturón para ataviar y proteger su cuerpo.

La joyería ha acompañado al hombre en todos los procesos históricos y sociales; sus técnicas y diseños han variado a lo largo de la historia; sin embargo, en la actualidad los preciosos metales son usados tanto por hombres como por mujeres. En consecuencia, lo importante es la herencia como expresión artística y cultural que cada joya ha dejado a la humanidad. ¡Las joyas han sido el adorno inmortal!

ALFA