Sede de los primeros Juegos Olímpicos, centro ceremonial, y cofre de abundantes tesoros arqueológicos, las ruinas de Olimpia guardan en su haber un sinfín de maravillas reconocidas a nivel mundial, que cada año atraen a curiosos e intrépidos, quienes desean verse anonadados por el perpetuo resplandor de esta urbe griega.
Una ciudad de la antigua civilización helénica, Olimpia fue capital de la provincia de Élide, ubicada en la península de Peloponeso. Estando al pie del monte Cronio y justo a un lado del río Alfeo, se considera que la ciudad de Olimpia fue erigida 2000 años antes de Cristo.
Si bien se desconocen quienes la habitaron por primera vez, los diversos accidentes geográficos que la rodean, han colaborado en halo mágico que irradian cada una de sus estructuras. Un lugar especialmente sagrado puesto que cada una de sus características estaba relacionada con los dioses griegos, inclusos aquellos que antecedieron a los más reconocidos, como son los dioses olímpicos. Un ejemplo basta al señalar que sobre el monte Cronio se señala que recibió ese nombre en honor a Cronos. De acuerdo a la mitología griega, era líder de la primera generación de deidades conocida como titanes, quien se vio derrocado por sus propios hijos, entre ellos, Zeus.
En base a las excavaciones que se han efectuado en Olimpia se señalan que fue la sede de los primeros Juegos Olímpicos, celebrados en el año 776 antes de Cristo. Dentro de Olimpia también se celebraron diversos ritos religiosos, y además, se encontró una enorme estatua con la representación de Zeus hecha por el escultor, Fidias, quien se hizo a mano de oro y marfil, para celebrar la victoria griega de la Segunda Guerra Médica. Esa estructura está catalogada como una de las Siete Maravillas del Mundo.
Un evento importante de la historia a agregar entre las maravillosas ruinas de Olimpia destaca cuando fue tomada bajo la protección del Gran Alejandro Magno, rey de Macedonia, de Media y Persia, quien inclusive llegó a ser faraón de Egipto desde el año 330 antes de Cristo. Bajo la protección del imperio romano, Olimpia fue enriquecida con la construcción de un palacio, y la recuperación de la estatua de Zeus hecha por Fidias.
Sobrepasado su periodo de decadencia, durante el cual, muchos de sus tesoros fueron saqueados y destruidos por los bárbaros, Olimpia inició su recuperación como sitio histórico en el año 1829, de parte de los primeros expedicionarios franceses, a quienes luego se le unirían expertos arqueólogos provenientes de Alemania, quienes procedieron a estudiar, investigar, y desenterrar de cada uno de sus edificios.
Desde 1989, las ruinas de Olimpia fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, y en el año 2004, el lanzamiento de pesos de los Juegos Olímpicos fue realizado en su estadio. Un sitio de rural belleza, y poderío magnético, que sin duda, representa uno de los lugares obligados a visitar, al menos, una vez en la vida.
ALFA