Las relaciones humanas generalmente se producen a través de un intercambio entre dos o más partes, donde la comunicación es un factor fundamental para lograr que dichas relaciones logren su objetivo principal desde el punto de vista psicológico y social. En este sentido, cuando  hablamos de las relaciones humanas, debemos hacer especial mención a la interacción que puede generar respuestas positivas y/o negativas entre los individuos generan dicha relación.

Entonces, debemos tener presente también, que cuando la interacción encuentra barreras en el plano comunicacional, se hacen presentes los conflictos  ocasionados por diferentes motivos, y que deben superarse utilizando estrategias eficaces que abran las puertas al entendimiento y el consenso entre las involucradas.

De esta manera, los grupos que se encuentran en conflicto deben trabajar para propiciar un clima comunicacional propicio para superar los obstáculos y las barreras. Este proceso puede presentarse en cualquier tipo de relación, bien sea familiar, social y/o laboral, y necesita de la convergencia de elementos que juntos formen un sistema efectivo que engrane las piezas de una manera satisfactoria, para lograr objetivos y metas.

Unas de las estrategias más utilizadas en el manejo de conflictos a nivel empresarial, son las basadas en la sinergia, que es un término  de origen griego «synergía», que significa «trabajando en conjunto», y cuya esencia llama a la cooperación,  al trabajo o al esfuerzo para alcanzar un objetivo o meta, a través de la .realización de una determinada tarea compleja, que a su vez puede estar compuestas por otra serie de actividades secundarias que permiten el éxito del proceso completo.

Pero, ustedes se preguntarán cuándo comenzó a utilizarse este término, pues su uso comienza en el ámbito religioso en las epístolas de San Pablo, cuando se refería  al resultado del trabajo conjunto entre el hombre y Dios, lo que le otorgaba un uso casi exclusivamente teológico, y no fue sino hasta 1925  cuando dicho término comenzó a ser utilizado en un contexto no teológico, con el surgimiento de la teoría general de sistemas, la cual fue propuesta por el biólogo alemán, Ludwig Von Bertanlanffy.

Cabe destacar que,  hasta hace muy poco tiempo,  se usaba este término con mayor frecuencia en el campo de la medicina, para explicar el efecto sinérgico de dos órganos, que se produce cuando  éstos trabajan asociados para generar una mejora. En el ámbito empresarial u organizacional, la sinergia estaría asociada a la producción de efectos adicionales, que se origina gracias al trabajo conjunto entre dos o más partes (organizaciones, departamentos, etcétera), para lograr  beneficios comunes, los cuales no se producirían si éstos actuaran por separado.

Tomando en cuenta estos planteamientos, se hace necesario aclarar que cuando existe un grupo de personas interrelacionadas entre sí, conforman un sistema, pero esto no quiere decir que el mismo funcione de manera óptima, debido a que pueden presentarse conflictos  ocasionados por diversas causas, que requieren de cooperación de las partes involucradas para lograr resultados satisfactorios; y es allí donde se hace presente la sinergia como resultado del intercambio, de la cooperación y de la comunicación, que propicia actitudes positivas en pro del sistema u organización, haciéndose indispensable  la   cooperación, para marcar una línea operativa común y conseguir “entre todos” unos objetivos afines.

Por lo tanto, la sinergia es considerado un producto de un proceso de intercambio, y no existe si no existe la interacción entre los componentes de un sistema o grupo de personas, lo cual se enmarca  tanto en la dimensión personal como en la organizacional,  considerándose asimismo como la esencia  del liderazgo transformador, que genera cambios trascendentes y positivos en el entorno en donde se llevan a cabo los procesos y actividades.

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Es importante acotar también que en algunos ámbitos sociales no se tiene el hábito del trabajo en grupo, a la división de tareas y responsabilidades, al debate de ideas, a la toma de decisiones conjuntas a través de los acuerdos, que sólo se logran cuando existe comunicación eficaz y liderazgo productivo, que tome en cuenta las iniciativas de cada integrante, sus ideas y opiniones, para así  elaborar finalmente un trabajo que sea resultado de todo ello dentro de un sistema que se nutre de cada elemento.

En este punto, es conveniente recordar que un sistema consiste básicamente en un conjunto de componentes que se relacionan entre sí, intentando alcanzar uno o más objetivos, lo cual se relaciona directamente con la  teoría general de los sistemas mencionada anteriormente y que implica el uso de la sinergia, como herramienta para lograr resultados satisfactorios dentro de un proceso determinado, como puede ser el manejo de los conflictos en el entorno personal, social y/o laboral.

Sin embargo, también debemos aclarar que a nivel organizacional sólo se da la sinergia cuando los  objetivos logrados son alcanzados considerablemente,  tomando en cuenta el  resultado obtenido en conjunto, de mayor envergadura o calidad que el que se pudo alcanzar si las partes hubiesen actuado separada o individualmente.

Por este motivo, una familia, un grupo o una organización sólo es considerada sinérgica,  cuando los miembros  que la conforman no pueden ejecutar  una función determinada, sin depender del resto de los miembros, como en el caso de los conflictos, cuyo manejo no puede darse si cada persona involucrada actúa individualmente sin contar con la opinión y/o ideas del resto del grupo involucrado en el mismo.

En el proceso sinérgico la actitud juega un papel fundamental, ya que los comportamientos generadores de sinergias son por definición generosos, flexibles, cooperativos, que permiten el flujo de información, la generación de ideas que permiten el debate constructivo, la comunicación eficaz y la resolución de conflictos, en donde la inteligencia emocional de los miembros del grupo de personas involucradas es de suma importancia para que fluya el entendimiento y con ello se logren los objetivos trazados.

De esta manera, el paradigma básico que se utiliza generalmente en los procesos sinérgicos es el de «ganar-ganar», que implica la activación de una estructura mental y emocional que debe promover en todo momento  el beneficio mutuo en todas las interacciones humanas que están presentes en un proceso determinado, bien sea en el ámbito familiar, social, profesional o laboral, donde prevalece  una visión de la vida como un escenario cooperativo, y no competitivo.

Este principio del ganar-ganar se basa en un principio de abundancia  para todos los actores presentes en determinado evento o situación, que es la base para lograr el éxito sin excluir  el éxito de los demás, considerando los puntos de vista de los otros y utilizándose esas diferencias para construir un camino que conduzca a una nueva solución y represente  una tercera alternativa, propiciando las condiciones necesarias para la sinergia en el grupo, orientando el proceso de un  modo creativo y mutuamente beneficioso.

De este modo, podremos aumentar las posibilidades de manejar eficazmente los conflictos, adquiriendo habilidades en cada experiencia para controlar cada una de las variables que juegan un papel determinante en cada situación. Por ello, los especialistas del “management” consideran que los directivos de cualquier nivel deben manejar muy bien la sinergia, ya que en el manejo de conflictos es una de las habilidades principales que debe tener poseer dentro de una organización.

Más aún cuando, en la actualidad los conflictos en lugar de considerarse destructivos y negativos totalmente, se consideran como un fenómeno normal, inevitable y que da oportunidades para aprender, corregir y mejorar distintas áreas  de  forma productiva en el ámbito organizacional.

Estos conflictos pueden presentarse de distintas maneras según el comportamiento organizacional, existiendo los intrapersonales, que se originan por  insatisfacciones y contradicciones “dentro” de las  mismas personas; los interpersonales, que se hacen presentes por enfrentamientos de poder, valores intereses,  normas, deficiente comunicación, etcétera, entre las personas que integran un grupo, y finalmente  los conflictos laborales, u organizacionales, que surgen de problemas vinculados con el trabajo, y las relaciones que se establecen en este, entre individuos, grupos y/o departamentos.

Pero, vamos a trasladarnos al plano personal, conciban sus vidas como una empresa, que posee varios departamentos: la familia, los amigos, el trabajo, cada uno de los cuales es un subsistema o subconjunto dentro del sistema global. Después, debemos considerar que un conflicto familiar por ejemplo, se genera por desacuerdos entre las partes, lo cual debe manejarse con la participación de los involucrados y/o de todo los miembros de la familia, dependiendo del nivel de gravedad del conflicto, para lo cual se hace necesario activar un mecanismo sinérgico que logre engranar las piezas dentro de un contexto de cooperación y entendimiento, utilizando la inteligencia emocional, el control de las emociones que propicie la comunicación eficaz, con el objetivo final de superar dicho conflicto, y que prevalezca el principio del ganar-ganar entre todos los miembros.

Actuando de esta manera, podremos propiciar condiciones favorables en todos los ambientes en donde nos desenvolvemos, considerando a su vez que en el actual mundo globalizado y altamente competitivo, uno de los mayores retos personales y grupales es lograr que los recursos humanos involucrados “trabajen más como equipo”, en donde todos comprendan e internalicen que los beneficios de trabajar unidos son mucho mayores que la suma de las partes, bien sea en acciones conjuntas para superar un conflicto donde todos aprendan, o para lograr objetivos familiares, sociales y/o económicos.

De esta manera, para lograr que un grupo de personas interrelacionadas entre sí como un sistema, se activen y actúen con una coordinación efectiva, donde la sinergia esté presente, hay que comenzar con la identificación de las debilidades y fortalezas del grupo, para luego establecer las estrategias que permitan optimizar su funcionamiento, desde la  perspectiva del beneficio común, y mientras más experiencias se tengan en este ámbito, mayor será la satisfacción individual y grupal, y menor la cantidad de conflictos que se presenten.

ALFA