Reconocida como la plata número 1 en el mundo, la plata mexicana resulta una inversión de por vida que le hará lucir elegante, resguardando la calidad de la prenda que ha elegido. Los yacimientos más prósperos de México están en las ciudades de San Luis Potosí y Taxco, este último llamado el Centro Mundial de la Plata.
Este metal precioso es reconocido por sus propiedades físicas y químicas, marcando una era fundamental en el desarrollo de la humanidad. La industria de la plata se fundamenta en un 70%, mientras que el restante se divide como materia prima para la monetización y la orfebrería. Junto a México, otras naciones de América como Estados Unidos, Perú y Chile le siguen el paso en la explotación minera de la plata.
Antiguamente, la plata fue usada para la fabricación de armas, utensilios y adornos ornamentales de gran elegancia. Desde el Imperio Romano, hasta la primera guerra mundial, se cuenta que la plata tuvo un poder fundamental para la humanidad. El primer registro que se tiene sobre el uso de la plata nació en las minas de Asia menor, hecho ocurrido, hace más de 3000 años antes de Cristo.
La plata es valorada en diferentes niveles de pureza. La llamada Plata 1000 es aquella 100% pura, pero su fácil maleabilidad impide que sea usada para la confección de prendas preciosas, por lo que es necesaria alearle con otros materiales. Siguiendo a la Plata 1000, están la plata .950 y .925, pues en su constitución se corresponde la existencia de un 5% y 7.5% de cobre. Ambas son las más populares en el mercado de la orfebrería fina.
Con la producción anual de 4.500 toneladas de plata que ostenta México, vale destacar la manera en que esta actividad le ha catapultado como eje internacional en tan valioso material. Si bien, los precios de una prenda de plata pueden parecer altos, también debe considerar que con el tiempo, ese objeto precioso se revaloriza, por lo que invertir en él, resulta una decisión inteligente.
Es de sumo cuidar la adquisición de una prenda genuinamente mexicana. Existen ciertos métodos para identificar una pieza original de plata azteca. Entre ellos, una forma es frotar la joya con un paño blanco y suave. Si quedan trazas oscuras en la tela, tendrá seguridad de que lo que tiene a la mano es plata verdadera, específicamente, la de clase esterlina.
Una segunda manera es olerla, debido a que la clase esterlina, con una composición de 92.5% de plata y 7.5% de cobre, no debe desprender ninguna clase de olor. De lo contrario quiere decir que el metal con el que fue aleado es superior a la cantidad de plata que tiene esa prenda.
La tercera forma es con un imán pues, a diferencia del cobre, la plata verdadera no tiene debilidad ante el magnetismo. Si la gema es atraída, queda claro que la joya no está realizada en plata verdadera, por lo que su inversión quedará resguardada de caer en una prenda que no es realmente valiosa.
ALFA